Fuentes de Moncloa citadas por el diario
El País aseguran que la noticia ha sido recibida por el Gobierno de Zapatero con cautela. Afirman que se trata de un paso más de ETA, pero insisten en que lo que deben hacer los terroristas es abandonar definitivamente las armas.Sin embargo, el Gobierno no quiere apresurarse a la hora de valorar el comunicado y, de momento, ningún representante del Ejecutivo ha hecho declaraciones oficiales sobre el alcance del anuncio etarra.
Quienes quienes no han tardado en hacer su valoración son los representantes de
la izquierda abertzale, que califican de "unilateral, indefinida y no condicionada" porque a su juicio supone "una aportación de valor incuestionable para la instauración de la paz y la consolidación de un proceso democrático".
Por su parte, el Ejecutivo vasco, ha hablado por boca de su consejero de Interior, Rodolfo Ares, para el cual el anuncio es "insuficiente, ambiguo y fraudulento"; además, ha advertido de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "no están en tregua".
El ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba, además de reunirse con la "cúpula" directiva de su Departamento para analizar el texto de ETA, se ha puesto en contacto con el Gobierno vasco y con los portavoces parlamentarios.
Desde las
fuerzas políticas democráticas, la reacción ha sido casi unánime, al margen de la ideología de cada formación.
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