Jamás he escondido mi afecto personal por este hombre, que a sus sesenta y siete años mantiene incólume su vitalidad, su chispa y su curioso sentido del populismo. Me parece un político honrado –como tantos otros, conste--, que ama a su tierra –como los demás presidentes autonómicos, no lo dudo—y que –esto ya no podría generalizarlo tanto—ha hecho mucho por ella. No solamente ha hecho mundialmente famosas las anchoas de Santoña cuando no podían pescarse, sino que ha colocado la imagen de esa ‘Cantabria infinita’ que él se inventó en cotas nunca hasta ahora alcanzadas. Creo que sus viajes en taxi a La Moncloa, llevando una bolsuca de productos de la tierra como regalo a su amigo
Zapatero, ha sido muy rentable para sus paisanos. Y para Zapatero, que un buen negocio es aquel en el que todos salen beneficiados.
Desde que se inclinó por gobernar con los socialistas, la derecha, antes su aliada, no le ha perdonado. Ni él ha perdonado al PP –Rajoy le propinó un varapalo verbal hace unos días en Santander ante sus mismísimas narices—los ataques que le han dirigido: “ególatra”, “corrupto”…En mi opinión, tiene bastante de lo primero, pero nada de lo segundo. Me da la impresión de que, si finalmente se presenta –que ya digo que creo que sí—y los resultados dan a su formación, el Partido Regionalista de Cantabria, la posibilidad de consolidar un gobierno, él de ninguna manera volvería a pactar con el PP y mantendría la coalición el PSOE de
Dolores Gorostiaga, a la que su alianza con el PRC no parece estar dando buenos réditos en términos partidarios.
¿Y si Revilla no se presenta? Entonces…quién sabe. En el PRC se cita a dos posibles delfines, los consejeros de Cultura y Turismo,
Javier Marcano –una figura sin duda carismática—o el de Presidencia, Mediavilla –de quien algunos dicen, sin embargo, que quisiera volver a su vida profesional--. Ninguno de los dos goza de la popularidad de Revilla –menos querido en Santander que en el resto de la provincia--, pero ambos son figuras sólidas, que podrían consumar el imprescindible pacto de gobierno con la derecha, que crece en expectativas de voto y que controla la capital, o con la izquierda.
He hablado estos días con varios alcaldes regionalistas de ciudades cántabras emblemáticas y me da la impresión de que a todos les aliviaría tener a Revilla cuatro años más en la sede del Gobierno regional. A mí, qué quieren que les diga: mientras se fumaba el puro del desayuno en un bar frente a la sede del ‘Diario Montañés’ tras el programa del viernes, me dio la impresión de que tiene ganas de seguir en la pelea. Desde su luego, no ha perdido ni un gramo de su ardor fogoso: sigue en combate y le echa riñones al asunto.
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Revilla: "De momento no me voy a presentar a las próximas elecciones"