Varios testigos del atentado mortal de este viernes contra el inspector de policía Eduardo Antonio Puelles García explicaron que la explosión provocó que el vehículo quedara "completamente en llamas", por lo que no se pudo "hacer absolutamente nada" para intentar salvar su vida, a pesar de escuchar sus gritos.
Un vecino de la localidad vizcaína de Arrigorriaga, cuya furgoneta se vio afectada por la explosión y que se encontraba en las inmediaciones con su mujer, explicó que, tras la explosión, era "todo fuego" y que escucharon "cómo el hombre chillaba" pidiendo ayuda, aunque no pudieron "hacer nada".
Otro de los testigos que estaban en la calle Santa Isabel, donde tuvo lugar el atentado, señaló que el coche "estaba arrancado" y, cuando iba a "salir", estalló "de repente". "Lo único que hemos sentido es chillidos y chillidos, el coche estaba completamente en llamas, no se podía hacer absolutamente nada", lamentó.
ste y otros de los testigos añadieron en el mismo sentido que el agente había quedado dentro del vehículo incendiado. "Ha querido salir y ya lo único que hemos escuchado es chillidos y chillidos. El coche estaba completamente en llamas y no se podía hacer absolutamente nada", ha explicado.
Por otra parte, la viuda del policía asesinado sufrió un desmayo al tener noticia, de forma casi inmediata, del asesinato de su marido. Tras ser atendida por vecinos y amigos, fue trasladada en una ambulancia al Hospital de Basurto, en la que le acompañaban sus dos hijos.
El inspector última víctima mortal de la banda terrorista era una persona muy querida en sta localidad próxima a la capital bilbaína en la que llevaba residiendo desde hace muchos años y en la que junto a su familia hacía una vida muy normal.