En declaraciones a Onda Cero, Moix ha sostenido que no tiene ningún “apego” o “interés” por permanecer en el cargo y que dimitirá si su situación puede perjudicar a la institución.
"No estoy aquí para estar cueste lo que cueste y valga lo que valga. Igual que me han puesto me pueden quitar", no obstante, también admitió que aún no se ha planteado puesto que todavía tiene pendiente la conversación con Maza.
El fiscal general Anticorrupción ha estado en el punto de mira desde que fue nombrado hace unos meses por diversas razones: era el favorito del ex presidente encarcelado de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; tuvo más de un encontronazo con varios fiscales por supuestas injerencias políticas al ordenar no incriminar al PP, intentar frenar un registro a González o querer apartar a un fiscal del caso Lezo…
La vicepresidenta del Gobierno evita respaldar a Moix
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no se ha pronunciado este martes sobre si sigue manteniendo su confianza en el fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, y se ha limitado a asegurar que el Ejecutivo "respeta la autonomía" del Ministerio Fiscal.