Todos coinciden en que sólo algunos, como
José María Barreda o
Antonio Trevín, defendieron abiertamente la abstención y que los afines a
Pedro Sánchez guardaron silencio al considerar que ese tipo de decisiones deben tomarse en el comité federal y ser ratificadas por los militantes. Asimismo indican que el ambiente fue bueno y el debate sereno, con intervenciones tranquilas y argumentativas sobre la posición más conveniente para el PSOE. A la reunión
no asistió Sánchez, que tampoco acudió a la sesión del pleno del Congreso.
Por otra parte, sobre el nuevo reparto de escaños del grupo socialista en el hemiciclo, el portavoz socialista, Antonio Hernando, se sentará en el escaño de primera fila que ocupaba Sánchez, ubicado ahora en la cuarta fila. Otros afines a Sánchez como César Luena, María González o Susana Sumelzo, que se sentaban en las primeras filas ahora pasan a la quinta. Por su parte, Eduardo Madina reclamó a la dirección del grupo una reasignación de su escaño, en la tercera fila, para no estar por delante de Sánchez.
Ayer Fernández criticó que el partido socialista "se ha 'podemizado'" y cuestionó que se quiera responder a los planteamientos como "una organización nueva". "Éste es un partido con casi 140 años. Es distinto de una organización que acaba de aparecer y está convirtiendo la indignación en política", señaló. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, trasladó su apoyo a la gestora y animó a "arrimar el hombro". "La primera tarea en la organización es ahora la unidad, la cohesión y la fortaleza tan necesaria para este país y para el partido", dijo.
Por su parte, el exvicesecretario general socialista José Blanco indicó en la cadena COPE que "el PP debe mover ficha, facilitarlo, hacer un esfuerzo. Si no va a ser muy difícil que el PSOE asuma en exclusiva una responsabilidad que es del PP". Para el presidente de la Comunidad valenciana, Ximo Puig, "no se dan las circunstancias para facilitar la investidura de Rajoy en este momento".
"La abstención empieza a calar entre los diputados del PSOE", dice EL PAÍS. "El Grupo Socialista empieza a matizar su discurso contra el 'no' a la abstención", indica ABC. Según LA VANGUARDIA "la fractura del PSOE se reproduce también en su grupo parlamentario". Este diario señala también que "las posiciones del PSC irritan a las dos partes enfrentadas en el PSOE". LA RAZÓN destaca que "el PSOE asume que su grupo votará la abstención dividido". Según EL ECONOMISTA, "la dirección del PSOE agita el peligro de elecciones para avanzar hacia el PP".
Por su parte, el diario EL MUNDO apunta que "el PSOE espera un gesto de Rajoy para girar a la abstención". También señala que si se repiten las elecciones, Ángel Gabilondo apunta como candidato.
El PP pide ahora más condiciones
Pero como decíamos, no todo es ahora tan sencillo. El PP no sólo quiere una "abstención técnica" del PSOE que facilite la investidura, sino algún tipo de compromiso por parte de los socialistas que haga viable la legislatura. ABC asegura en portada que "La Moncloa teme que tras la investidura vuelvan Sánchez y el bloqueo". Según el diario, Rajoy quiere garantizar el apoyo del PSOE a los presupuestos y, aunque está dispuesto a negociar concesiones al PSOE, estas no pasarán por recortar reformas. Según EL MUNDO, "el PP endurece su discurso de la abstención".
"Un Gobierno que gobierne y un legislativo que legisle", resumió el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando. También el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reclamó "un mínimo de garantías" para que Rajoy pueda gobernar. "No se trata de ir a una investidura para que haya un Gobierno de 24 horas y que al día siguiente te presenten una moción de censura, sino para que haya un Gobierno que pueda gobernar", dijo.
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