El montaje, que recuerda la dramaturgia de Eugène Ionesco y Samuel Beckett, está protagonizado por dos actores extraordinarios, Carlos Martínez-Abarca y Javier Ruiz de Alegría, quienes dan vida a los dos únicos personajes de 'La historia del zoo'.
En escena, que sitúa al espectador en medio de Central Park de Nueva York, hay un solo banco vacío. Allí, poco después de que la luz lo inunde todo (es un hermoso día de primavera), dos hombres se encuentran por casualidad y comienzan una intensa conversación que, sin embargo y desde el principio, no deja de ser absurda. Uno de ellos, Peter (Javier Ruiz de Alegría), viste bien, aire intelectual y con gafas, está casado y trabaja en una pequeña editorial. Hombre de pocas palabras, apenas si tiene tiempo más que para sus lecturas, su mujer, sus dos hijos y un par de mascotas que tiene en casa. Esa parada en el banco de Central Park en los días soleados es la única concesión que se hace a sí mismo de vez en cuando, y si el tiempo lo permite… Mientras, el otro, Jerry (Carlos Martínez Abarca), mal vestido, casi harapiento, es un tipo solitario y extraño que no genera mucha confianza, así a primera vista, acaba de regresar del zoológico “¡He estado en el zoo!... Digo que he estado en el zoo…. ¡Señor: he estado en el zoo!...”, le dice Jerry a Peter, sin que este parezca darse por enterado, mientras sigue hojeando el libro que tiene entre las manos. Pero quizás por miedo o quizás por curiosidad, Peter acaba atendiendo al otro hombre y entre ambos se acaba profundizando con sus opiniones y sentimientos en torno a cuestiones tan esenciales como el amor, el fracaso o las relaciones personales. Solo al final se acabará descubriendo qué venía de hacer Jerry en el zoo, desvelando así el misterio creciente que inunda la apasionante función. Tan misteriosa, como argumentalmente atractiva.
El trabajo de Carlos Martínez-Abarca y Javier Ruiz de Alegría es sencillamente portentoso. Mientras el personaje del primero, Jerry, nervioso, inquieto, dicharachero y siniestro, no deja de preguntar, afirmar y elucubrar frente al hombre modosito que tiene allí delante, sentado en el banco, este -Javier Ruiz de Alegría-, atiende, vigila, observa y rumia algún tipo de estrategia que pueda salvarle ante el inminente peligro que ya se huele en el ambiente. La gestualidad y la verborrea del personaje de Martínez-Abarca, contrasta con la tensión, el silencio y la escucha siempre atenta de Peter, el alter ego de Ruiz de Alegría. Su duelo interpretativo es una verdadera delicia durante la hora y cuarto aproximada de función que tiene al espectador encandilado y en tensión creciente hasta el mismo final.
Historia del Zoo fue estrenada en Madrid en 1971 con dirección de William Layton y con el mismo José Carlos Plaza como uno de los dos personajes enfrentados en pleno Central Park. No es, pues, extraño que el maestro de directores haya sabido sacarle hasta la última gota de jugo a este texto y a estos dos actores, dibujando con ellos una nueva página de excelente teatro en su ya dilatadísimo curriculum. Esta es -junto a ¿Quién teme a Virginia Woolf?, ya citada más arriba-, desde luego, una de esas pequeñas grandes obras que ningún espectador amante del buen teatro debiera dejar de ver.
'La historia del zoo'
Autor: Edward Albee
Director: José Carlos Plaza
Reparto: Carlos Martínez-Abarca y Javier Ruiz de Alegría
Teatro Lara, Madrid
Hasta el 4 de abril de 2018