Más gente en la calle que participando en la convocatoria de huelga general. Ésa es la gran conclusión de este jornada del 29-S que si bien no ha gozado de mucha participación en los paros, sí que lo ah tenido en las protestas. O lo que es lo mismo: sí que existía un sentimiento de hartazgo entre los trabajadores, pero por distintos motivos no fueron masivas las ausencias en sus puestos de trabajo.
Eso ya se venía adelantando desde hace unas semanas: los trabajadores no iban a renunciar a su día de sueldo ni iban a buscar conflictos con sus empresas. Es lo que apuntaban las encuestas realizadas por distintos medios de comunicación, entre ellos, Diariocrítico, y han dado en el clavo. Aunque CCOO y UGT han hablado de éxito y cifrado el seguimiento en más de un 70%, la realidad fue otra.
Sin embargo, como les veníamos diciendo, sí que las manifestaciones en las principales ciudades del país fueron masivas y con gran repercusión social y mediática. En ellas, los líderes sindicales, principalmente en Madrid, se ha ganado los titulares de prensa gracias a sus palabras exigentes y críticas hacia el Gobierno, a quien se pide que retire la reforma laboral o cambie los puntos más calientes.
Principales conclusiones El Gobierno no quiso entrar en una guerra de cifras y se limitó a reflejar que el paro en la Administración del Estado alcanzó al 7,52% del personal. El ministro de Trabajo,
Celestino Corbacho, habló de "seguimiento desigual" según sectores y territorios y consideró que la huelga obtuvo un "efecto moderado".
El presidente
Zapatero se refirió al día después de la huelga y confió en encontrar "cauces de diálogo" con los sindicatos. Por su parte la vicepresidenta económica,
Elena Salgado, negó rectificaciones en las reformas estructurales como la del marco laboral, al precisar que, en "lo fundamental", el Gobierno "va a seguir adelante".
Desde el PP, el vicesecretario de Comunicación,
Esteban González Pons, declaró que la jornada dejó patente que los españoles "están en contra de la huelga" y que "quieren trabajar".
En la prensa
Todos los periódicos dedican numerosas páginas a glosar la jornada de paro y entran en valoraciones del seguimiento del mismo, que abarca desde una incidencia moderada hasta el fracaso general de la huelga, en el caso de la conservadora.
El País habla de "impacto moderado" de un paro, que considera "muy similar al de 2002 contra Aznar". Subraya que el Gobierno ha decido apostar por "una huelga de guante blanco" y ha evitado negar el paro, "como hizo" el Ejecutivo de Aznar en 2002. Para Público, "los sindicatos superan el examen" y en su titular de apertura destaca que "la industria se para" y "la calle se mueve".
En cuanto a la prensa conservadora, El Mundo, ABC y La Razón aportan otra perspectiva, que puede definirse en una palabra "fracaso". Los dos primeros coinciden en sus titulares de portada: "Fracaso general". En sus páginas, El Mundo incide en la actuación de los piquetes. ABC considera que el "fracaso general" de la huelga se debe a que "los trabajadores paran los pies a los sindicatos". La Razón fija su atención fundamentalmente en la labor de los piquetes, lo que le lleva a calificar el paro como "huelga borroka".
En la prensa catalana, La Vanguardia alude al "antecedente Cabanillas" para reflejar que el Gobierno quiso evitar ayer el "error" el ministro Portavoz del Ejecutivo de Aznar. En términos generales, el diario define la jornada en su titular de apertura: "Huelga no general". El Periódico dice que la huelga fue "más sindical que general" y habla de "éxito sindical a medias". Según este diario, la protesta "se acercó" al nivel de paro de 2002 y señala que "sólo fue general en la industria y el transporte". EL PERIÓDICO también resalta que Gobierno y sindicatos evitaron "la confrontación" y "se emplazan a negociar las próximas reformas".
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