El segundo encuentro entre el presidente del Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PNV,
Iñigo Urkullu, celebrado el martes pasado en la Moncloa para cerrar la negociación sobre los Presupuestos de 2011, sirvió de nuevo para que ambos dirigentes políticos intercambiaran sus impresiones sobre la situación de ETA y de Batasuna, varios de cuyos encarcelados cabecillas, por cierto, afrontarán a mediados del próximo mes de noviembre el juicio que tiene pendiente por enaltecimiento del terrorismo.
Fuentes solventes del PNV confirmaron a este diario que Zapatero y Urkullu dedicaron parte de la reunión a hacer sus particulares “diagnósticos” y “ver qué formulas podría haber de afrontar el problema” en el caso de que se den las condiciones necesarias para el final definitivo de la violencia, pero dejando claro que en ni ningún momento lo hablado formó parte del acuerdo presupuestario o se incluyó algún compromiso al respecto.
Ya en el anterior encuentro celebrado a finales de septiembre, el presidente y el dirigente vasco hablaron de este delicado asunto y analizaron el comunicado que acababa de emitir la banda armada en el que se comprometía a “no llevar a cabo acciones armadas ofensivas”. Los dos coincidieron en que algo se está 'moviendo' en el mundo abertzale aunque sin fiarse ni un pelo de las buenas intenciones de la banda.
Pero dado que este compromiso se está cumpliendo y que hay un fuerte movimiento interno entre un amplio sector de los presos etarras y el mundo de los ‘batasunos’ favorable a un desmarque de la violencia, Urkullu intentó ‘convencer’ al presidente de que debe involucrarse en buscar formulas para “la pacificación y normalización política” en Euskadi.
Este diario intentó recabar la versión de Moncloa pero los portavoces autorizados aseguraron que no iban a hacer valoraciones sobre este asunto, ajeno además a la negociación presupuestaria.
Lea también:
Si (
No(
