Las conversaciones directas entre dirigentes socialistas y la banda terrorista ETA se desarrollaron entre 2005 y 2007 en diferentes lugares fuera de España, según se revela con todo lujo de detalles en el libro "El Zapaterato. La negociación. El fin de ETA", del que son autores Fernando Jáuregui y quien suscribe este artículo. A lo largo de 2005, en más de una docena de sesiones, el socialista Jesús Eguiguren y el etarra Josu Ternera perfilaron cómo debía desarrollarse la futura negociación.
A partir de junio de 2006 y hasta diciembre de ese año se celebraron diversas reuniones negociadoras entre representantes del Gobierno y de la banda terrorista: a partir de junio se incorporó a la mesa con ETA el jurista Javier Moscoso del Prado, y en septiembre de ese año lo hizo el abogado -hoy vocal del Consejo General del Poder Judicial- José Manuel Gómez Benítez -a quien el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acaba de concederle una medalla policial pensionada-.
Paralelamente, a lo largo de 2006 se celebraron diversas rondas negociadoras entre el PSE-PSOE, el PNV y representantes de la izquierda abertzale -la ilegalizada Batasuna- en el Monasterio de Loyola. En esas reuniones participaron, entre otros y fundamentalmente, Josu Jon Imaz, por el PNV -que entonces lo presidía-; Rodolfo Ares, por el PSE-PSOE, y Arnaldo Otegi por la izquierda abertzale. Estas reuniones en Loyola eran paralelas a las que se celebraron en diversas capitales europeas -especialmente en Oslo y Ginebra- directamente con ETA. Pero ambas mesas no estaban mezcladas.
Tras el atentado de la T-4 de Barajas, en Madrid (30 de diciembre de 2006), Zapatero dijo que se suspendían todos los contactos negociadores. Pero no fue así: entre marzo y mayo de 2007 se registraron al menos tres sesiones negociadoras con Batasuna y otras tantas con ETA.
Fue en ese momento cuando se intercambiaron actores: Moscoso ya no estaba en la negociación, pero como 'vaso comunicante' entre una y otra mesa actuó el actual consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, que se convirtió en el enigmático y desconocido -hasta ahora, que lo revela Diariocrítico en auténtica exclusiva- 'cuarto hombre' en la negociación con ETA. Ares no era -ni fue- un negociador 'oficial' con ETA en el sentido en el que lo fueron Moscoso, Eguiguren y Gómez Benítez, pero, dado que las mesas negociadoras se celebraban en sitios cercanos, Ares actuó de 'vaso comunicante'.
El nombre de Rodolfo Ares había sido ocultado por razones que desvelaremos en el próximo capítulo que publicaremos el próximo lunes, 18 de octubre.
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