Venezuela deja de pagar a sus acreedores y se sitúa al borde de la quiebra mientras la Asamblea Constituyente, el órgano que controla el chavismo, da su respaldo a una refinanciación de la deuda externa.
El país y su petrolera PDVSA entraron el martes en default selectivo, suspensión de pagos, por retrasos en el pago de bonos por cientos de millones de dólares, según la agencias Fitch, sumándose a la baja de calificación que también había emitido Standard & Poors.
El presidente Nicolás Maduro y su gobierno no lograron un acuerdos con los acreedores para el pago de unos 60.000 millones de dólares. El líder chavista propone "refinanciar y reestructurar" toda su deuda externa y denuncia "persecución financiera".
Se estima que el total real de la deuda de Venezuela podría alcanzar los 140.000 millones de dólares, aunque gran parte se deben a Rusia y China, países que no presionarían a esta nación a cambio de acuerdos como el suministro de petróleo.