Una isla sin vuelos directos desde fuera del archipiélago y la segunda isla más pequeña de las Canarias. La isla del Hierro es una de las mayores desconocidas del territorio insular español. Mientras en varias zonas de España, incluida sus islas vecinas, arrecian las protestas contra el turismo masivo, esta formación rocosa en forma de corazón sigue manteniendo su apuesta por un turismo sostenible que logra mantener la calidad de vida de sus residentes.
Ha sido esa marcada diferencia respecto a otras zonas de costa españolas lo que ha hecho que el medio británico BBC se haya fijado en el desarrollo turístico de la zona y haya alabado los atractivos enclaves que regala al turista. "El Hierro ha optado por hacer las cosas de forma muy diferente", asegura el artículo escrito por la periodista Sarah Gilbert. La autora del tema se maravilla de la "asombrosa belleza natural" de la isla más joven del archipiélago y subraya que se trata de "uno de los lugares más salvajes y hermosos que había visto en mi vida".
11.000 habitantes y más del doble de turistas
A lo largo del recorrido por El Hierro, el medio británico da datos muy interesantes como que esta isla tiene unos 11.000 habitantes y recibió en 2023, 20.300 turistas. Una cifra totalmente distinta de, por ejemplo, Tenerife, con 6,57 millones de turistas anuales. La forma en la que se ha desarrollado el atractivo turístico de la isla también es muy diferente a lo que es la norma en una región turística: "El Hierro no tuvo su primera carretera asfaltada hasta 1962 y, como dato curioso, solo tiene un semáforo".
Es precisamente esta forma "más salvaje" la que atrae a los visitantes a la isla. Igual que quien escribe el artículo, gran parte de los extranjeros que va hasta esta isla lo hacen atraídos por los paisajes naturales: vertiginosos senderos de piedra volcánica, bosques de pinos y plantaciones de piñas que parten de la lava son parte de este particular entorno. "El paisaje cambia tan rápido como el clima", escribe la periodista de la BBC, que explica que "se puede viajar desde la soleada costa sur a través de áridas tierras volcánicas y bosques salpicados de sol, hasta llegar a su diminuta capital montañosa envuelta en niebla, Valverde, en menos de una hora".
Además, para quien quiera turismo de playa, el artículo también hace un repaso de "varias playas impresionantes" y cita la de Timijiraque, la playa del Verodal, la de Arenas Blancas y la de El Golfo. Eso sí, Gilbert deja claro que "es la isla más adecuada para aquellos que quieren mantenerse activos, en lugar de volar y tumbarse". En ese intento de turismo activo, la articulista indica que no hay que ignorar El Sabinar, un símbolo de la resistencia de la isla, así como La Dehesa, "una pradera alta azotada por el viento con arbustos resistentes y piedra volcánica escultural".