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Sólo dos ovaciones para Alberto Lamelas, con el lote menos malo
| Lamelas recibió de rodillas casi a portagayola a este 2º de la tarde y repitió con y el 5º. (Foto: Plaza1) |
Se cumplió el aserto de corrida de expectación, corrida de decepción. Por culpa, fundamentalmente de los bicornes de Victorino Martín, de indigna presentación general para Madrid y ayunos de sangre brava en sus venas y arterias. No dieron casi juego, aunque salvo Alberto Lamelas, tampoco el veterano López Chaves y el novel José Enrique Colombo, quizás contagiados por lo poco que ofrecían sus enemigos, anduvieron más allá de un tono grisáceo.
Novillada sin trapío y escaso juego de Fuente Ymbro
| Isaac Fonseca escapó milagrosamente de ser corneado por su primer novillo. (Foto: Plaza1) |
Salieron indemnes, incluso vivos, de milagro. Sí, porque Isaac Fonseca y Manuel Perera fueron revolcados en muchas ocasiones por sus primeros novillos, que los tuvieron a su merced repetidas veces, y lo que se presumía como graves percances quedó milagrosamente sólo en paliza física. A pesar de la cual, derrocharon valor ante esos bicornes y en el otro de su lote. Mejor parado salió Manuel Diosleguarde, al menos en la estadística, pues cortó una oreja de escaso fuste. Todo en un encierro de Fuente Ymbro de indigna presentación para Madrid con sólo un novillo destacado y codicioso.
Feria de Otoño: pésima actuación de la empresa de Las Ventas
| Los matadores salieron a comprobar el ruedo cuarenta minutos después de las seis de la tarde (Foto: Muriel Feiner) |
Peor, imposible. Toda una serie de circunstancias negativas, en las que la empresa tiene grave responsabilidad, confluyeron para que tras la lluvia caída horas antes el ruedo presentara un estado que lo dejaba impracticable para la lidia. Por ello, la corrida inicial de la Feria de Otoño, prevista para este viernes, se aplaza dos semanas. De modo que Diego Urdiales, Manzanares y Paco Ureña harán el paseíllo en Las Ventas el 8 de octubre para lidiar un impresionante encierro de Jandilla/Vegahermosa y Victoriano del Río.
Es la crónica de una muerte anunciada. De la muerte de la temporada madrileña en Las Ventas. Sí, el anuncio por parte de la empresa de los carteles de la Feria de Otoño, el último fin de semana de septiembre y el primero de octubre más el añadido colofón de la tradicional corrida del 12 de octubre. Todo ello viene a hacer oficial lo que la afición y la mayoría de la crítica se temían: con ellos concluye la mínima campaña taurina -con anterioridad sólo dos corridas y un festival más político que otra cosa- en la cátedra y catedral del toreo que es la Monumental. Unas combinaciones en las que, quizás para compensar el desafuero, se anuncian por primera vez en muchas ediciones varias de la figuras, destacando la vuelta de Morante. A ellos se añaden algunos, porque faltan otros que lo merecen, de los coletudos emergentes este año.
Los coletudos se reparten cinco orejas ante un encierro de mucho interés
| Los dos matadores fueron paseados a hombros al término de la corrida antes de ser sacados así por la Puerta Grande. (Foto: Luis Vizcaíno) |
La autenticidad y la verdad de la tauromaquia, tantas veces perdida voluntaria o involutariamente por los responsables o irresponsables de la misma, brilló en la última corrida del abono de Albacete. Con un encierro de Victorino Martín muy serio de trapío y con diversos matices en su juego, pero siempre con interés, los locales Rubén Pinar, que cortó dos orejas, y Sergio Serrano, tres, dieron la talla artística y lidiadora que exigían los bicornes. Hubo triunfo pero no triunfalismo y ni un trofeo de regalo localista. Por lo que el público salió toreando del bello coso mudéjar camino del Ferial.
| José Fernando Molina muletea a su segundo novillo. |
“Aquí hay toreros”. Es un bello pasodoble con música de Manuel García Sánchez, exdirector de la Banda de Pozohondo, que estuvo dos décadas tocando en el coso paisano, sobre versos de un gran poeta como fue Ismael Belmonte. Y es verdad. Porque la terna local de exalumnos de la productiva Escuela Taurina de Albacete afrontó con toreo del bueno el compromiso ante unos exigentes novillos de Montealto que por presencia y edad eran prácticamente toros. El mal uso de las armas toricidas impidió que se cortaron más trofeos del que obtuvo José Fernando Molina.
Una vez más se cumplió lo de 'corrida de expectación, corrida de decepción'. Porque el regreso de Morante al abono albaceteño después de muchos años animó la taquilla y el coso presentó la mejor entrada del ciclo. Pero falló el elemento esencial del espectáculo: los toros. Porque, una vez más, y van… Juan Pedro Domecq pegó un petardo de aúpa con sus bicornes o lo que fuera aquello. Pésimamente presentados e inválidos y sin sangre brava por sus venas, la corrida, toda ella cambiada con un mínimo puyacito, casi fue un simulacro, del que se salvó Paco Ureña con el menos malo de los lotes a cada uno de los cuales arrancó una oreja, mientras que Morante dejó detalles y Juan Ortega se enfrentó, es un decir, a los más inválidos. En el espectáculo de rejoneo del domingo, con dos tercios de entrada, abrió la Puerta Grande Leonardo Hernández mientras que el local Juan Manuel Munera y la francesa Lea Vicens cortaton un trofeo. Todo ante toros, despuntados reglamentariamente para rejones, de Fermín Bohórquez.
Ante una muy blanda corrida de Daniel Ruiz
| Emilio de Justo dando la vuelta al ruedo tras su primer toro. |
Las estadísticas no deberían ser tan importantes en ninguna manifestación artística, pero lo son. Para quitarles tanta validez y profundizar en lo que pueden esconder debe estar la crítica, al menos la independiente. Porque, por ejemplo, en la tercera del abono de la capital manchega el que más se acercó a la esencia y verdad del toreo fue Emilio de Justo, que únicamente paseó un trofeo. Mientras que Manzanares, con dos faenas elegantes pero sin apreturas ni hondura, sumó una oreja en cada enemigo –o lo que fuera el blando y dócil encierro de Daniel Ruiz- y se hizo acreedor, por los números estadísticos, a salir en volandas por la Puerta Grande, que esta vez hubiera sido más bien chica, aunque por aquello de la pandemia abandonó el bello y centenario coso neomudéjar a pie. Las estadísticas no deberían ser tan importantes.
Sólo Perera cortó una oreja de escaso valor, y Urdiales y Marín se fueron de vacío
¿Qué querrán? A veces, demasiadas veces, los coletudos, por fas o por nefás, no dan la talla en cuanto a lo que es el toreo. Máxime como este jueves en Albacete con las facilidades que les ofreció el muy bien presentado -aunque con desigualdades-, mansurrón pero más que noble y colaborador encierro de las dos divisas de Victoriano del Río, que en ningún momento ofreció dificultades a una terna experimentada. Mas ni con estos ‘victorianos’ –no confundir con victorinos- fueron capaces no ya de bordar el clasicismo ni hacer filtiré, sino de acercarse a ello. Dejando el balance estadístico en una orejita para Perera.
Salían los bien armados 'fuenteymbros', de impresionante arboladura, con su bella estampa y trapío ejemplar y eran aplaudidos por el cotarro. Pero por dentro estaban podridos, sin casta ni fuerza ni 'na' de 'na'. De modo que cualquier parecido con el comportamiento de un toro bravo era pura coincidencia. Frente a estos bureles, o lo que fueran, vacíos y vacuos y casi muertos en vida, Daniel Luque y Juan Leal echaron en su esportón sendas orejas facilongas y Finito, con sus habituales precauciones, ni eso.
Ocho festejos con el regreso de Morante y las ausencias de El Juli, Roca Rey y Ventura
| Un toro con el habitual trapío de Albacete, al que muletea el coletudo local Rubén Pinar |
Albacete se ha echado al ruedo con valentía. Porque en este año en que la pandemia sigue haciendo daño a los espectáculos con público, en general, y a los taurinos en particular, la nueva empresa del centenario coso de la capital manchega, con el respaldo del Ayuntamiento, ha apostado por la cantidad. Así, mientras otros destacados ciclos de plazas de primera categoría como Madrid, Bilbao, Valencia, San Sebastián y Pamplona, no celebraron sus respectivas ferias, en la capital manchega –cuyo recinto es de segunda- no sólo tendrá lugar en sus tradicionales fechas sino que, con sus 8 festejos, sólo dos menos que la decena habitual, será la más larga de todas las que hasta ahora se han celebrado en España.
Crónica de Miguel Ángel de Andrés
| Salida a hombros de los dos triunfadores del último festejo del abono. (Foto: Emilio Méndez) |
Poco faltó para que las fuertes lluvias caídas durante toda la noche anterior y las horas previas propiciaran la suspensión del quinto y último festejo de la Feria colmenareña, finalmente, con algo más de cuarenta y cinco minutos de aplazamiento y el esforzado empeño de los operarios en eliminar los charcos del ruedo, hizo posible su celebración. Y permitió el doble triunfo de Jarocho y David López.
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