El público se divirtió de lo lindo, porque hubo enfrente una gran corrida de toros: encastados, y que produjeron emoción. La faena de Garrido en el último fue cumbre: el toro estaba entero y comenzó de rodillas con derechazos pero ortodoxos Inicios difíciles para atemperar la embestida de la res, aún así dejó su sello. Con la zurda arriesgó. Era noble además y el público comenzó a pedir el indulto; el trasteo se demoró y finalmente entró a matar.l No sin antes bordarlo por ayudados por alto y trincherazos. Y con el capote se lució en delantales con enjundia. En su primero se lució en un quite por chicuelinas y la faena fue de más a menos, pero ya dejó su sello de presentación en el coso manizaleño.
Luis Bolívar realizó un faena meritoria y valiente en su primero, una res deslucida, y no hubo mayor historia. Mostró, eso sí, poderío con la muleta este panameño pero colombiano de vocación y adopción. Un joven veterano que ya peina canas y torea con mucha dignidad. Comenzó decidió su labor al cuarto en el centro del ruedo, el toro embestía sin respiro y Bolívar aplicó su técnica y poderío. Al final la cosa se enfrió y la res se fue rajando…
José Arcila, por el que pocos apostaban, ha toreado la pasada temporada 35 corridas entre México y España. Torero espigado, que ha ido aprendiendo. Fueron espeluznantes la gaoneras con que aplicó el quite en su primero. Frente a un toro incierto y mirón, fue ganando confianza, y acabó con pases de excelente factura. Oreja como premio. El quinto quizá fue el toro más complicado de la tarde, porque desarrollaba sentido . Él puso la garra y toda la carne en el asador y sufrió tres sustos que pudieron acabar en percance.
Y ya que empezábamos la crónica hablado de subalternos, destacar tres excelentes pares de Carlos Garrido y Mejías en el cuarto toro.
Esplendoroso Bolívar, mal con la espada en corrida mal presentada de Dosgutiérrez.
En el festejo anterior, fue sorprendente que se cubrieran más de tres cuartos del aforo en la segunda de feria, con un cartel digamos que mediano los colombianos: Cristóbal Pardo, Luis Bolívar y la presentación de Ginés Marín. Pero al público hay que darle toros: y el trapío de estos brilló por su ausencia. Toros cornicortos y alguno con pinta mas de novillo. El protagonista de la tarde fue sin duda un Luis Bolivar ple que realizó una faena redonda en el quinto plena e poderío, técnica y valor. Un diestro injustamente tratado en España (dos tardes esta temporada). Y que en su país encuentra toro en todos lados, se le ve seguro y no le falta valor. De haber acertado con el estoque hubieran ido a parar dos orejas en su esportón.
Ginés Marín se presentaba y dejó el sello de su sabor torero, un concepto ligado al arte, la inspiración. Y tiene una virtud impresionante con el capote: dejó una media verónica memorable, y no dejó pasar un quite. Lo de Cristóbal Pardo que abría cartel, tiene mérito. Curtido en países como Perú y Ecuador (incluido pueblos). Y aunque le falte rodaje, sabe el oficio y tiene pundonor.