|
|
|
Por Miguel Ángel de Andrés
Uno se puede imaginar que hace unos doscientos años, con un día frio como lo fue este 18 de enero, aunque soleado, un colmenareño, Elías Gómez Lloso, parece ser que animado por su hijo Félix Gómez Llorente, diseñó un hierro, que de manera sencilla pero expeditiva, solo la inicial de su apellido, una G, sería la marcar de las reses bravas que había adquirido a otro ganadero colmenareño.
| Perera y De Justo hicieron el último paseíllo de la temporada en Las Ventas. (Foto: Plaza1) |
La enorme expectación por el último festejo de la floja y nada imaginativa temporada venteña, dicho sea de paso, con un encierro de Victorino Martín sólo se cumplió para ese inmenso publico con deseos de jarana y abonado al triunfalismo. No tanto para esa minoría de aficionados exigentes y cabales, aunque dado el panorama tampoco hay que quejarse mucho. Los victorinos, serios pero desiguales en trapío, pariguales en sus justas fuerzas, y juego codicioso y exigente, no dieron al máximo lo que siempre se espera de este hierro, pero mantuvieron el interés, que no es poco. Y los coletudos, Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo, sin ninguna competencia entre ellos nunca, en un mano a mano absurdo y que nadie había pedido, echaron en su esportón sendas orejas para que esa mayoría del cotarro saliera contenta del espectáculo.
| El primer toro de Roca le hirió en la pierna derecha y luego le caló la chaquetilla. (Foto: Plaza1) |
Con él llegó el escándalo, como en la legendaria película. Cual estaba previsto, Roca Rey -que colgó el acostumbrado cartel de no hay billetes- fue el protagonista de la tarde. Para bien, por el triunfo estadístico de una oreja más de plaza y público de talanqueras, y para mal, al resultar cogido por el único que mató. A pesar del percance, el peruano siguió en el ruedo con unas series de entrega y vulgaridad, lo que junto a las protestas del tendido 7, y de otros buenos aficionados, llevó a gran parte del gentío a volcarse en el apoyo al coletudo, y solicitar, no de manera mayoritaria, el premio. Ante un encierro de excelente presentación de Fuente Ymbro pero descastado y áspero, menos 2º y 3º, cumplieron Ureña, con el peor lote, y Víctor Hernández, que mostró su buen concepto y cortó otra oreja también sin petición suficiente.
| Borja Jiménez recibiendo de rodillas a su primero, suerte que repitió con los otros dos. (Foto: Plaza1) |
Fernando Adrián y Borja Jiménez, dos coletudos a los que, durante más de una década de alternativa, les ha costado sangre, sudor y lágrimas destacar, lo que últimamente han logrado merced a sus últimos éxitos en la cátedra, en enfrentaban en un cartel que había despertado expectación. ¿Quién ganó? Ninguno. Porque lo más interesante del festejo, y por tanto el triunfador del mismo, fue el ganadero Victoriano del Río, por el juego general del encierro de sus animales -escasamente castigados en varas- con trapío, la mitad adornados por la casta y que no se comían a nadie por su derroche de nobleza. Pero que fue desaprovechado por ambos espadas, en mayor medida por el madrileño en una tarde negra, e incapaces de cortar ni una sola de las orejas que casi se les caían a los bureles. Únicamente el sevillano dio una vuelta al ruedo y por su cuenta.
Manzanares volvió a fracasar, como en San Isidro
| Román cita desde lejos a su primer toro. (Foto: Plaza1) |
“Que cada uno es cada cual”, como en su canción ‘Fiesta’ cantaba el genial Serrat, quien aúna la doble condición de intelectual y catalán, lo que no le impide ser también taurino. La frase viene a cuento porque no hubo sorpresas en el comportamiento de lo que anunciaba el cartel. Lo previsto ocurrió con los bureles, de las dos fracasadas divisas en San Isidro de los hermanos Fraile, blandos y de escaso juego. Y con la terna: Manzanares, pasota y sin compromiso con la tauromaquia ni con el público y vaya usted a saber si con él; Román dando la cara en una buena labor con su primero, y Rufo con buenos apuntes con percal y sarga en el último pero excesivo ventajismo. Cada uno es cada cual.
| El aplaudido par de banderillas de Juan Carlos Rey al último novillo de la tarde, |
Una película que ya hemos visto, y sufrido, en tantas ocasiones. La que se soportó en la segunda novillada del abono otoñal, merced a un encierro podrido de esa fábrica de bureles que regenta Ricardo Gallardo con la divisa de Fuente Ymbro. Animales ayunos de casta, bravura y fuerza. Pobrecitos e inocentes, sin un mal gesto toda la tarde, que llegaban moribundos a la muleta, y que daban pena en lugar de miedo -la antítesiis de la Fiesta- y con los que la emoción es imposible. En tal grado que es casi seguro que haya sido el mayor petardo en Las Ventas en la temporada que ya boquea. Que tiene mérito, ¡vaya que si lo tiene! Claro que la terna de Valentín Hoyos, Neck Romero y Alejandro Chicharro, tres pinchaúvas que sumaron 7 avisos 7 casi siempre con retraso, tampoco aportaron otra cosa que vulgaridad a raudales.
| Villita recibió, tras matar a su primero, la única ovación de toda la tarde. (Foto: Plaza1) |
Un anticipo del derbi futbolero de por la noche se anunciaba horas antes en Las Ventas. En un enfrentamiento entre ganaderías madrileñas, con el añadido de la portuguesa de Sobral, y una terna de novilleros con buenas actuaciones anteriores en la catedral y cátedra. Y el resultado acabo en igualada, pero no por el buen juego de los novillos y grandes faenas de los coletudos. Qué va. Todo lo contrario: los animales, exentos de casta y poderío, aunque manejables, fracasaron, pero mucho mayor fue el petardo de la terna que formaban Villita, Jesús Moreno y Diego Bastos. No ya por su vulgaridad lidiadora y artística, que también, sino por algo peor: su escasa ambición. En definitiva, empate a cero.
Samuel Navalón, que confirmaba doctorado, cortó una oreja
| Enrique Ponce, pasedo a hombros por el ruedo de Las Ventas antes de sacarlo por la Puerta Grande. (Foto: Plaza1) |
Ponce fue Ponce y Madrid no fue Madrid. El coletudo, que decía adiós a la otrora exigente plaza de Las Ventas, se mantuvo fiel a sí mismo. Poco toreo fundamental, mucha elegancia y exceso de ventajismo. Pero lo supo vender bien a un público entregado de principio a fin, que con la colaboración del palco, le regaló las dos orejas en una faenita que en otro tiempo no habría llegado a merecer la vuelta al ruedo. En un encierro de petardo en cuanto a casta y fuerza de esas dos divisas, Garcigrande y Juan Pedro Domecq, y sus bureles obedientes y que no molestan -ni emocionan, claro-que tanto aman, e imponen, las figuras, el toricantano Samuel Navalón que, dejó buen cartel, se llevó un trofeo y a David Galván sólo le dejaron los de su lote algún apunte de clase.
Samuel Navalón, revelación de la novillería esta temporada, confirma la alternativa
| Enrique Ponce en uno de los actos en Las Ventas con motivo de su despedida. (Foto: Plaza1) |
Roca Rey y Manzanares, que fracasaron en San Isidro, repiten ahora sin ningún mérito
Después de El Juli, que hace un año en esta misma Feria de Otoño, se despedía de Las Ventas, turno para el adiós de otro coletudo considerado figura, Enrique Ponce, que va a tener su último examen en la Monumental este sábado 28. En torno al valenciano -como sucedió con el madrileño la temporada anterior- indiscutible mandamás de la Fiesta y del escalafón durante tres décadas, gira la noticia de un abono de desiguales carteles en los que tambiém hau sitio para los emergentes y un denominador común: los toros comerciales, encaste Domecq, que exigen e imponen las figuras.
| Uno de los excelentes naturales de Sergio Serrano a su primer victorino. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno) |
Hay festejos, muy pocos, eso sí, que te reconcilian con la esencia y autenticidad de la fiesta. Como este último que cerró el abono albacetense. Sí que es verdad que los victorinos no fueron nada fáciles; al contrario: duros y correosos, recordando varios a aquellas alimañas de otros tiempos. Pero, del primero al último, todos los espectadores tenían sin cesar los ojos en la arena y una aguja en el corazón. Lo que ocurría o podía ocurrir allí abajo siempre les interesaba. Al encierro le hizo frente una terna de valientes y lidiadores que no salieron por la Puerta Grande, misión imposible, pero tampoco por la enfermería, que no es poco. Destacando los locales Sergio Serrano, que obró el milagro de cascabelear lo más artístico, y Rubén Pinar, con un cañón en vez de un estoque que le valió una oreja. Y Manuel Escribano cumplió con el lote todavía más difícil.
| Salida a hombros de José Fernando Molina en Albacete. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno) |
Según las estadísticas reflejadas en la ficha del festejo, con cinco orejas cortadas podría pensarse que presenciamos una corrida extraordinaria donde brilló el toreo. Mas no es cierto, había que remedar el dicho de que de dinero y santidad, la mitad de la mitad. Cambien ustedes la primera palabra por toreo y la segunda por verdad y se acercarán a lo acontecido. Con un palco y un público dadivoso, el local Molina, único que llevó a cabo el toreo, aunque con intermitencia, y Ginés Marín, con menos méritos, salieron a hombros. Como es lógico, El Fandi ni siquiera se acercó mínimamente al toreo. Todo ello con un noblote y blando encierro del Conde de Mayalde muy desigual en presentación, ya que sólo se salvaron los tres últimos, pero con el denominador común de que el primer tercio fue una pantomima solucionada con un puyacito de ‘na’.
| Uno de los pases cambiados de Samuel Navalón al toro de la alternativa. (Foto: Luis Sánchez Vizcaíno) |
Doble merienda este sábado, y por el mismo precio. Porque al habitual descanso en el bello coso neomudéjar albaceteño, tras la lidia del tercer toro, degustando las magníficas viandas de la tierra, se unió la del nuevo doctor en tauromaquia, Samuel Navalón, que se comió a dos figuras cual Manzanares y Roca Rey. Y se los merendó no sólo por entrega, ilusión y decisión, sino por lo más importante: toreo. Manzanares sigue de año sabático y el indudable rey de las taquillas continúa con su toreo populachero y vulgar. Ambos responsables de que sus elegidos jandillitas, que sólo se tapaban por sus cabezas, hayan sido los de menor trapío en general de lo que va de Feria.
|
|
|
|
|