Preguntas quizá sin respuesta clara, pero sí que sirven, al menos, para la reflexión, que no es poco en esta sociedad líquida que huye de profundizar en asuntos importanes y de calado. Sí, porque hace muchos, muchos años, el Tiempo era circular. Un círculo perfecto de vueltas perfectas, dibujadas por Dioses con otoños, inviernos, primaveras y veranos… El Tiempo era un principio divino, inmóvil y eterno… donde la noche y el día marcaban el sueño y este era ininterrumpido. En todo ello profundiza la autora y directora de 'Composición libre de un cuento fragmentado', Coral Ros, en esta creación con una terna de magníficos actores, Jesús Rodríguez, Nerea del Río y Ena Gil, que se podrá disfrutar en el Aula B de la RESAD, los próximos días 5 y 9 en funciones a las 5 y a las 7 de la tarde.
Más tarde, el Tiempo se convirtió en una larga línea sucesiva de acontecimientos… minutos que se convertían en horas y esas horas se convertían en más horas y en más horas y más horas y horas y horas y horas y horas y horas… donde el sueño ya no era sueño. En el Tiempo de los relojes, los sueños se habían convertido en cortos lapsus porque ya no se dormía a penas. El tiempo que ahora era un bien escaso, se utilizaba para conseguir las cosas deseadas en la vigilia, dejando a un lado lo soñado.
Pero, ¿Cómo saber lo que se quiere realmente, sin Tiempo para soñar? Se preguntó la chica.Cada día que pasaba, era el mismo día que el anterior y el anterior y el anterior. Todo era una terrible repetición, como dijo el poeta. Y es que a veces ocurre que las palabras de los poetas nos traspasan: ¿Dónde está el Tiempo?
Intereses de la propuesta
En este montaje hemos querido abordar el conflicto experiencial del tiempo urbano. Cómo experimentamos el tiempo actual en las grandes ciudades como puede ser Madrid, sumidos en medios de producción cada vez más precarizados dónde el Tiempo privado está perdiendo su valor porque cada vez queda más anulado por el Tiempo de trabajo.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu, explica que en nuestra era, el tiempo está vinculado intrínsecamente al poder y los medios de producción monopolizan el tiempo del individuo. La creciente tendencia a la precarización laboral en una sociedad altamente subordinada por los medios de producción para la subsistencia, hace que el individuo se encuentre desubicado intentando ocupar un medio productivo la mayor parte de su tiempo. Es por esta razón que nos preguntamos entonces, ¿Qué recursos tenemos para poder volver a tomar el control de nuestro tiempo privado?