El gigante del streaming logró un éxito mundual con la serie sobre el conocido como crimen de la Guardia Urbana en 2017.
Un asesinato real por el que fueron condenados Rosa Peral y su compañero/amante Albert López, quienes según la sentencia conspiraron para asesinar a Pedro Rodríguez, pareja de Rosa.
La ficción la proganizaron Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, 2 rostros conocidos que ayudaron a su éxito.
Pero la protagonista real de la historia, Rosa Peral, demandó a Netflix y ahora el juzgado de primera instancia ha admitido a trámite la querella.
Peral demandó a la productora por la vulneración de su derecho al honor, a la intimidad y a la imagen de su hija, menor de edad en aquel momento.
La abogada de Rosa Peral, Nuria González, ha explicado en la Cadena SER que han solicitado a que la plataforma rectifique y retire una serie de escenas por los delitos mencionados. Además, ha instado que "se haga una rectificación al inicio de la serie diciendo que hay escenas que no se corresponden en nada con la realidad".
La defensa de la condenada ha diferenciado entre los documentales realizados sobre el caso aunque tengan momentos sesgados, pues "entiende el interés informativo" del caso, pero se muestra tajante con la ficción.
"Una ficción es otra cosa. Se está utilizando tu nombre para hacer un reclamo, porque sabes que poniendo Rosa Peral va a tener mucha más audiencia que si no lo pones y aprovechas para todavía ahondar más en cosas que son completamente falsas, en una imagen que se ha querido dar de que es violenta, mala madre, negligente, o que no quería ver a sus hijas, todo eso es falso y se puede demostrar", ha reprochado la abogada.
Netflix tiene que responder
La querella se ha admitido a trámite y el juzgado ya lo está analizando, por lo que han comunicado a Netflix y a Arcadia (la productora) el inicio de actuaciones.
Ahora ambas empresas tienen un plazo de 20 días para responder a la demanda.
Se trata de un caso que puede abrir la puerta a más demandas, pues el género 'true crime' ha sufrido un fuerte boom, pero en ocasiones choca contra la intimidad o el honor de las personas.
"Ahora se va a tener que ver hasta dónde llega el derecho de creación, sobre todo cuando hay menores afectados; no nos olvidemos que esto no es un tema de información. Estos productos audiovisuales son un producto con ánimo de lucro; no es un informativo", ha recordado González.