La segunda temporada de 'El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder' acaba de llegar a su final y es el momento de repasar las luces y las sombras de una serie que, en el mejor espíritu Tolkien, va sobre eso, sobre como combatir las sombras y la oscuridad con la luz, la eterna lucha del bien y el mal.
ATENCIÓN ESTA CRÍTICA INCLUYE SPOILERS
Bien, esta megaproducción sigue fiel a esa dualidad y combina grandes cosas con otras no tan buenas, aunque no tantas como para ganarse ese odio irracional que poco tiene que ver con su calidad sino con otras cosas. Aquí no voy a volver a hablar sobre qué piel deberían tener ciertos personajes, sobre lo fiel o no que es a la obra de Tolkien, o sobre si las mujeres enanas deberían tener barba o no, sino que la voy a tomar por sus propios méritos o fracasos, que también los tiene.
Entre lo más destacado, evidentemente se nota el mucho dinero que hay detrás, pero creo que lo están sabiendo utilizar bien, visualmente esta es la serie más potente que hay ahora mismo en antena, por encima incluso de 'La casa del dragón', una serie que, por cierto, ha bajado bastante en su segunda temporada. El aspecto visual está muy cuidado, al igual que su magnífica banda sonora, y esta segunda temporada ha dejado grandes momentos, principalmente el sitio de Eregion, pero también el enfrentamiento entre Durin y el Balrog, o la lucha entre Galadriel y Sauron.
Pero vayamos a la espina dorsal de una serie, sus personajes y sus tramas. En este caso en la temporada 2 ha sobresalido una trama por encima de todas y dos actores sobre los demás, se trata de toda la creación de los anillos por parte de Celebrimbor y cómo le ha ido manejando Sauron. El descendiente de Fëanor ha sido engañado hasta cierto punto, porque aquí también ha entrado su soberbia y sus ganas de pasar a la historia haciendo algo que todo el mundo recuerde. Charles Edwards y Charlie Vickers han estado de lo más convincentes dando vida al elfo y al Señor Oscuro, uno sacando el lado más patético del personaje y el otro sacando su lado más artero y cruel, pero sin olvidar, que él también fue alguien traumado y torturado por alguien aun más malvado, el señor oscuro original, Morgoth. Y es que lo mejor de esta serie es que, a pesar de permanecer fiel a esa lucha entre el bien y el mal tan clara en Tolkien, nos ha enseñado que la única distancia entre un bueno y un malo son las decisiones que toma, y no si es un orco o un peloso. Aquí son muchos los que están a un paso de caer a un lado o a otro, y son solo sus acciones las que determinan su caracter, no su procedencia.
Y así llegamos hasta otro de los mayores aciertos de esta serie y de esta segunda temporada, Adar, ese padre de los orcos, ese elfo torturado también por Morgoth y Sauron del que surge una raza corrompida pero en la que todavía puede quedar algo bueno, algo de luz. Es el personaje más trágico de la historia, lleno de claroscuros y de rabia, su final ha sido un reflejo de la traición que planeó contra Sauron en el primer episodio, y vuelve a demostrar la sutilez de este hasta en la forma de tomarse la venganza, asesinado y apuñalado por sus propios hijos. También me ha gustado que lo le hayan hecho ser un elfo especial, sino alguien anónimo que, en su momento, tomó una decisión que luego vio como equivocada. Eso sí, se podría decir que es un claro ejemplo de ese dicho de "quien a hierro mata, a hierro termina".
También tenemos que hablar de los elfos principales, Elrond ha mejorado mucho esta temporada y Galadriel sigue en una zona en la que no la saben definir del todo bien. Es cierto que es la más inclinada hacia la oscuridad por su ánimo de revancha, y creo que pueden hacer un buen trabajo en su evolución hacia la sabia que sabemos que llegará a ser. Por cierto, su pelea final con Sauron no ha estado nada mal, sobre todo que después de rechazar la corona acabe empalada por la mismísima corona de Morgoth... Eso sí, la resolución de la misma ha sido uno de los problemas que afecta a esta serie, así que vayamos con las sombras.
Sobre las críticas, muchas de ellas con mucha razón, esta sigue siendo una serie irregular, eso sí las que a estas alturas insisten en que es el mayor de los castigos enviados por Eru Ilúvatar, ¿cómo es posible que sigas viendo algo que odias en su segunda temporada? Es tan sencillo como dejar de verla. Pero vayamos con la parte negativa, a 'Los Anillos de Poder' le sigue faltando mucho para ser una gran serie, sobre todo por errores totalmente forzados y subsanables, ¿de verdad era necesario lanzar a Galadriel desde una altura de la que no es solo muy difícil sobrevivir sino permanecer de una sola pieza? Y es un error que cometen varias veces, el capítulo 7 nos dejaba a Arondir casi muerto y en este capítulo reaparece sin casi una magulladura...
En las múltiples tramas que nos han servido sigue habiendo muchos altibajos y la más preocupante parece ser que viene de Númenor, un lugar que debería ser protagonista en próximas temporadas y que no parece que estén supiendo llevar bien. De primeras debería parecer claro que su ejército es el más potente de la Tierra Media en ese momento y luego los bandazos que ha pegado en su política interna no tienen mucho sentido, de los abucheos a Miriel pasamos a los gritos a favor y de ellos a que Ar-Pharazôn acabe con ellos inventándose una hoja de papel en el momento en el que parece haber recuperado el favor de la gente.
Y eso sin mencionar papeles tan ridículos como el de Leon Wadham haciendo de Kemen, el hijo de Ar-Pharazôn, que parece más sacado de un culebrón malo que de una serie de fantasía. Tampoco ha ayudaddo la historia de amor que han metido con calzador para Isildur, cuya historia con Theo ha sido, quitando la breve aparición de los Ents, la más floja de la temporada.
Por su parte, el Extraño es Gandalf, algo que ya sabíamos desde la temporada pasada y su parte tampoco ha dado grandes momentos, aunque he de reconocer que el final recordando su nombre y poniéndose a cantar con Tom Bombadil en su casa, ajenos a la oscuridad que les cierne, me ha parecido encantador. También me ha gustado esa especie de fundación de Rivendel y el guiño a Elrond como gran curandero.
En definitiva, la segunda temporada de 'El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder' ha sido una especie de montaña rusa en la que se han mezclado grandes momentos con otros mucho menos buenos pero creo que, aun así, los primeros ganan a los segundos y podemos esperar que la serie despegue definitivamente en próximas entregas.