Por más que el morbillo pueda estar en que la ficticia cantante Celeste sea trasunto cinematográfico de la colombiana Shakira, lo cierto es que una serie de TV cuya protagonista es una inspectora de hacienda viuda, a punto de jubilación y con menos sentimientos que una baldosa de gres, resulta una rara avis en este mundo adocenado en que las series se copian a sí mismas y se repiten con distintos actores y en diferentes plataformas.
'Celeste' es una buena serie con reparos. Tiene las actuaciones brillantes de Carmen Machi y Manolo Solo y el resto del elenco, con más o menos acierto, se salva. La puesta en escena está bien y la historia es interesante por sí misma, Machi y Solo sostienen la trama -predecible por demás- y dan una profundidad humana a dos caracteres que, tradicionalmente en nuestra sociedad son denostados: un inspector de hacienda y un paparazzo.
No recuerdo otros héroes inspectores de Hacienda, pero sí veo las posibilidades de la idea: para empezar, Sara Santano podría ser el protopersonaje de una inspectora investigadora de hacienda que persigue a los malos malísimos que defraudan al resto de los ciudadanos con su insolidaridad y en cada capítulo perseguiríamos y entrullaríamos a un defraudador. Pero para eso, primero hay que cambiar los guionistas, contratar dialoguistas que conozcan el castellano y su gramática y ordenar la narrativa visual de forma adecuada. Por ejemplo, el papel que interpreta Antonio Durán, jefe de Machi en la serie, debe ser coherente, no debería cambiar de opinión y criterio inopinadamente cada vez que aparece y no se puede pretender que el espectador lo soslaye como si fuera idiota.
Si algo malo de verdad tiene Celeste son los guionistas: el guion presenta inconsistencias, saltos de tiempo inexplicados y en varias ocasiones el referente no encaja con el antecedente y el espectador o se pierde o se da cuenta de la mala pirueta narrativa de los guionistas. Si ya es jodido seguir una trama a trompicones de guion, si sumamos unos diálogos malos de solemnidad en casi todos los casos, el resultado final desmerece mucho. Los dialoguistas/guionistas tienen la suerte de la presencia en pantalla, del arte y oficio de Machi y Solo que hacen que, hasta frases imposibles en castellano, suenen bien en la boca de estos actorazos.
Véanla, es una serie distinta, corta y española. Carmen Machi y Manolo Solo hacen un trabajo de premio y visualmente la serie está bien resuelta. Únicamente intenten tener paciencia con un guion deslavazado y unos diálogos abruptos por no decir ineficaces que sólo son palos en las ruedas de una idea simple: cantante internacional con novio en España intenta defraudar al fisco.