Un ruido sordo, frío, persistente, que se clava en el cerebro como un puñal, emerge en medio de la noche. Una mujer rumana (vestido humilde, deportivas en los pies y un pañuelo cubriéndole la cabeza) es iluminada cenitalmente por una tímida luz que le cae directamente. La mujer parece concentrar en sí misma todo el dolor, todo el silencio y toda la resignación secular de todas las mujeres rumanas de todos los tiempos. Encogida, humilde, sin apenas mover un músculo durante minutos, se decide a hablar en un español que pronuncia con la dificultad de quien se ve obligada a entender pero que apenas si habla con nadie…Habla en voz alta pero parece decirse todo a sí misma mientras parece esperar algo o a alguien…
Con un texto del dramaturgo argentino Pedro Sedlinsky, su compatriota Georgina Rey, con la colaboración artística del también director argentino Guillermo Cacace, la actriz y directora protagoniza y dirige ‘Unos ojos rumanos’, que se representa a lo largo de todo el mes de septiembre en El Umbral de Primavera, en pleno barrio de Lavapiés.
Durante treinta minutos, tan cortos como intensos y cargados de emoción, la mujer -una madre, extranjera en la tierra de su hijo-, intenta explicar lo indecible ante los otros. Y su cuerpo, clavado en la tierra, sus gestos contenidos (ojos, cabeza, brazos, manos…) dicen más que sus propias palabras. Pocas veces he visto un acto tan supremo de contención en una actriz -¡genial Georgina Rey!-, que es capaz de sostener un gesto, una mirada, un dolor tan íntimo y tan profundo de principio a fin de la función.
“Crecí aferrándome a este suelo como uno más de sus almendros. Florecí de luz en cada primavera igual que ellos. Sentí caer la lluvia por mi cuerpo hacia las napas, siguiendo su destino de galerías subterráneas para mostrarse a los cardúmenes del río... Pero algunas veces la tierra se resquebraja….”. Y con la tierra, la mujer que parece ajena a todos y a todos. Habla más de su dificultad de comunicación con los otros su cuerpo encogido, sus manos transidas de dolor.
Estupendos la luz y el sonido de Juan Miguel Alcarria, y el vestuario realista de Magda Banach.
Asistimos a una verdadera lección de interpretación, más titánica aún si cabe porque es la propia Georgina Rey quien asume la dirección del montaje. Si ya es difícil meterse en el alma y en la piel de un personaje, la dificultad se hace exponencial cuando uno tiene que desdoblarse para ser –la actriz-, y verse desde fuera –la directora-. El ejercicio, desde luego, es aquí impecable. Solo un pero: al menos el día del estreno –la función a la que acudimos-, había que hacer un esfuerzo casi titánico para seguir el discurso del personaje. No estaría demás elevar un poquito la voz para ayudar al espectador a saborear más y mejor esta delicia que ahora sirve El Umbral.
‘Unos ojos rumanos’
Autor: Pedro Sedlinsky
Directora: Georgina Rey
Actriz: Georgina Rey
Colaboración artística: Guillermo Cacace
Iluminación y creación técnica: Juan Miguel Alcarria
Asistencia de vestuario: Magda Banach
Fotos: David Ruiz
Poema: Francisco Casares
Diseño gráfico: Estudio FMS Comunicación
Producción: Estudio Hernán Gené
El Umbral de Primavera, Madrid
Hasta el 26 de septiembre de 2018