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Obra 'the shit show'
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Obra 'the shit show'

Crítica de la obra de teatro 'The Shit Show': 2 miradas enfrentadas sobre los abusos sexuales

domingo 20 de octubre de 2024, 12:56h

Escrita y dirigida por Elisabet Altube y protagonizada por Ariana Martínez y Mónica Miranda, el madrileño Teatro Quique San Francisco presenta estos días ‘The Shit Show’, una pieza de teatro documento sobre el mediático caso de los abusos del productor hollywoodiense Harvey Weinstein, juzgado en los tribunales norteamericanos en 2020.

La propuesta, también de carácter metateatral, implica al público en los distintos puntos de vista sobre el tema aportados por las víctimas, en primer lugar, el de Donna Rotunno, abogada defensora del productor, y el papel desempeñado por los medios de comunicación para situar estos temas en el lugar apropiado, es decir, para añadir información, pero sin caer en la condena, aspecto este que corresponde únicamente a los tribunales de justicia.

En escena, durante los aproximadamente 75 minutos de duración de la pieza, Ariana Martínez, en el doble papel de la periodista Megan Twohey y como Jessica Mann, una de las cinco mujeres que formularon acusaciones de abusos contra Weinstein, y Mónica Miranda, como empoderada Abogada del productor.

Excelentes ambas interpretaciones sobre un asunto que la directora del montaje ya se ocupa antes de iniciarse la representación con información sintética y aclaratoria sobre el caso de cinco víctimas que consiguieron llevar ante los tribunales norteamericanos de justicia al viejo productor de origen judío. Esa información se brinda a través de proyecciones sobre una pantalla situada al fondo del escenario y acaso no estaría demás que se disminuyese la velocidad de paso del texto que ahora mismo exige al espectador extrema atención y esfuerzo para conseguir leerla.

Un par de sillas bastan para evocar, por un lado, la sala de vistas del juzgado y, por otro, el plató de televisión en donde se lleva a cabo ese tú a tú entre la Periodista y la Abogada Rotunno en el que ésta trata de clarificar cómo una profesional del Derecho, cuyo bufete ha defendido ya a más de 40 casos de hombres acusados de abusos, puede embarcarse en la defensa de presuntos depredadores sexuales.

La Abogada incide ante la Periodista una y otra vez en que no basta la denuncia para que automáticamente exista ya una condena contra el acusado. “Si yo fuera hombre -dice la Abogada al final de su entrevista-, haría firmar previamente un contrato a la mujer con la que voy a mantener relaciones...", claro está con el objeto de asegurarse de que luego no habrá denuncia.

Desconozco el detalle informativo real del caso a raíz del cual se generó el movimiento internacional #MeToo que, entre otras reivindicaciones, ha puesto en boga la solidaridad de las mujeres con aquellas personas que denuncian haber sido objeto de abusos, y para hacer frente a esa corriente social que rápidamente se escora hacia la cultura de la culpabilización de la víctima.

Digo que lo desconozco, pero el inteligente planteamiento hecho por Elisabet Altube tanto en la escritura como en la dirección de la pieza me parece que sitúa muy bien al espectador frente al asunto (Altube ha construido el texto a partir de fragmentos reales del juicio y declaraciones públicas de los afectados), y, además, a través del personaje de la Periodista establece también un pequeño diálogo con los espectadores para preguntar primero si alguien de la sala ha tenido alguna vez la experiencia de haber participado en un trío sexual y, en su caso, cuáles fueron sus primeras sensaciones….

En la función a la que acudí dos mujeres jóvenes lo admitieron y, así, de pronto, calificaron de “rara” esa experiencia. Ahí quedó la cosa, pero a nadie le hubiera extrañado que desde el escenario se hubiesen planteado más aspectos escabrosos de las relaciones sexuales que en estos tiempos se ven facilitadas por unas cuantas aplicaciones informáticas que pueden manejarse también desde el móvil.

Eficacísimo el trabajo del equipo artístico en la definición de la pieza. Desde la minimalista escenografía, el hermosísimo vestuario y las proyecciones audiovisuales que firma Tristana Castilla, hasta el cuidado diseño de iluminación de Eleni Chaidemenaki, pasando por el diseño de sonido de Emilio Pascual o la ayudantía de dirección de Luis Tausía.

La pieza, desde luego, pone sobre la mesa aspectos y cuestiones relacionadas con el tema de los abusos que aún no están socialmente consensuados: ¿basta con la denuncia de la víctima para concluir ya en la condena de la persona acusada?, ¿hasta dónde llega el concepto de consentimiento entre las partes en las relaciones sexuales?, ¿una denuncia basta ya para estigmatizar de por vida al presunto abusador o violador, independientemente del resultado de la sentencia dictada por los tribunales de justicia?, ¿el movimiento #MeToo se ha pasado en sus planteamientos o, por el contrario, se ha quedado muy corto? Estas y muchas otras preguntas ha de plantearse el espectador de ‘The shit show’ para completar de verdad la pieza.

Un montaje que ha vuelto a poner en primer plano a dos soberbias actrices a las que no vemos sobre el escenario con la frecuencia que nos gustaría, y al descubrimiento de una dramaturga y directora, Elisabet Altube, cuyo trabajo muestra ya una inteligencia y un oficio que promete dar muchas más razones para volver a ver sobre los escenarios sus futuras creaciones.

‘The shit show’

Dramaturgia y dirección: Elisabet Altube

Reparto: Ariana Martínez y Mónica Miranda

Ayudante de dirección: Luis Tausía

Escenografía, vestuario y proyecciones audiovisual: Tristana Castilla

Diseño de iluminación: Eleni Chaidemenaki

Diseño de sonido: Emilio Pascual

Producción: SIN CORPIÑO

Fotos: Mario Ballesteros y Sergio Morales

Vídeo teaser: Singrima films

Sit and See: Raquel Jiménez e Iñaki Díez

Prensa: Amanda H C – Proyecto Duas

Teatro Quique San Francisco, Madrid

Hasta el 27 de octubre de 2024

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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