Israel Elejalde dirige en Naves del Español en Matadero ‘Tan solo el fin del mundo’ (1990), la obra maestra del dramaturgo francés Jean-Luc Lagarce, escrito poco antes de su muerte por infección de VIH en 1995, cuando sólo tenía 38 años.
Después de varios años sin volver por la casa familiar, y con comunicaciones esporádicas en forma de postal con poco más de cuatro palabras, Louis (Eneko Sagardoy), introvertido, lacónico, escritor, homosexual…, decide volver a su pueblo, a casa. Nadie le espera, ni su Madre (María Pujalte), ni su hermana Suzanne (Yune Nogueiras), ni su hermano Antoine (Raúl Prieto), ni su cuñada Catherine (Irene Arcos): “…a pesar de todo, al año siguiente, decidí volver para verlos, volver sobre mis pasos, volver tras mis huellas y hacer el viaje, para anunciar, poco a poco, con cuidado, con cuidado y precisión -o eso creo- poco a poco, con calma, de forma pausada para anunciar, decir, sólo decir mi muerte inminente e irremediable anunciarla yo mismo, ser su único mensajero…”.
Son las palabras con las que el protagonista de ‘Tan solo el fin del mundo’ se dice a sí mismo, aunque las pronuncia mirando frente a frente al público tras irrumpir en la casa materna con la exclusiva intención de comunicar que está muy enfermo y que va a morir de manera inminente. Después se vivirá una nueva, vieja y eterna liturgia familiar que volverá a intentar reconstruir una convivencia totalmente destrozada desde mucho antes de la partida de Louis en busca de aire fresco. Allí, con su madre y sus dos hermanos, respirar se hacía difícil, casi imposible.
El eje central de la obra, con claros elementos autoficcionales, no gira en torno a la muerte, sino que es una fábula existencial sobre la institución familiar, el embrión de la sociedad en la que -teóricamente- todos sus miembros trabajan codo a codo para intentar ayudarse mutuamente. Obviamente en la familia de Louis ese objetivo jamás va a poder materializarse. Antoine es un hombre lleno de violencia interiory de contradicciones, acomplejado ante su hermano, que trabaja construyendo herramientas en un pequeño taller del pueblo. Está casado con Catherine, mujer sumisa que vive sólo para aguantar y, en la medida de lo posible, minimizar las permanentes salidas de tono de su marido. Suzanne ya está harta de Antoine y, por el contrario, admira a Louis, con el que le gustaría pasar algunas temporadas. Y en medio de ese volcán de relaciones, la Madre intenta como puede contemporizar y echar algo de agua al fuego para que el incendio no estalle definitivamente y acabe con todo.
‘Tan solo el fin del mundo’ es una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze, con traducción de Coto Adánez, espacio escénico de Monica Boromello, iluminación de Paloma Parra, sonido de Sandra Vicente, vestuario de Sandra Espinosa, música original de Alberto Torres y videoescena de Pedro Chamizo.
Emociones, pasiones, frustraciones, incomunicación in crescendo, tensión y más tensión acumuladas, para certificar que en esa familia (como en muchas), lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Ese es el panorama que se dibuja en una serie de monólogos -más que diálogos...-, sucesivos de cada miembro de la familia, incapaz de cruzar más de dos palabras con cualquiera de los suyos sin que se monte la marimorena.
Elejalde ha querido pronunciar, con todo, el lado poético de la obra de Jean-Luc Lagarce incorporando al montaje el lenguaje de la danza para trasladar el texto a una nueva y mucho más compleja dimensión a través de las coreografías de street dance interpretadas por el bailarín Gilbert Jackson, que aquí es el alter ego, la sombra de Louis. Con su danza Jackson traduce a movimientos el constante y efervescente mundo interior de Louis que se pronuncia aún más en esas breves horas que vive junto a su familia a la que, por cierto, finalmente no es capaz de trasmitir la verdadera causa que le ha llevado hasta allí.
Los cinco actores y el bailarín brillan con luz propia en sus interpretaciones correspondientes y dotan al drama de una verdad incuestionable. Aquí no deben buscar los espectadores licencias ni lisonjas sino todo lo contrario, una disección dura, amarga y realista de la creciente dificultad de comunicación que, con el paso del tiempo, se va instalando en el seno familiar. Un montaje imprescindible.
‘Tan solo el fin del mundo’
De Jean-Luc Lagarce
Dirección: Israel Elejalde
Traducción: Coto Adánez
Con Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson
Diseño espacio escénico: Monica Boromello
Diseño de iluminación: Paloma Parra
Diseño de sonido: Sandra Vicente
Diseño de vestuario: Sandra Espinosa
Composición musical: Alberto Torres
Diseño de videoescena: Pedro Chamizo
Producción ejecutiva: (Teatro Kamikaze) Pablo Ramos Escola
Dirección de producción: (Teatro Kamikaze) Aitor Tejada y Jordi Buxó
Ayudante de dirección: Toni García
Una coproducción de Teatro Español y Teatro Kamikaze
Naves del Español en Matadero, Madrid
Hasta el 7 de enero de 2024