La última producción de la compañía Paso Azorín se presenta en la Sala Lola Membrives del Teatro Lara de Madrid. Su título, ‘Sigue a la liebre blanca’, puede despistar porque la pieza escrita y dirigida por Ramón Paso encierra un drama personal, estupendamente planteado a través de un conflicto entre dos mujeres que, a medida que pasa el tiempo, va creciendo y creciendo hasta desembocar en un final tan tenso como inesperado.
Lo protagoniza una estupenda Inés Kerzán (Belén), acompañada en escena por Vanessa Ruiz (Alicia) y María C. Petri (Sara). Las dos primeras están en el escenario a lo largo de casi toda la pieza, mientras que la tercera aparece únicamente al principio y al final, pero su papel es determinante en el desenlace final del drama.
Belén, una joven pintora (razonable, tierna, comprensiva, apasionada) que compatibiliza su oficio con el de terapeuta, conoce a Alicia (una niña un tanto perversa, siniestra y caprichosa que deriva en una personalidad psicópata), una menor, pero Belén se enamora de ella perdidamente lo cual, con el paso del tiempo, les provoca intensos conflictos personales (“¿por qué me dejaste?”, le pregunta Alicia 11 años después; “por miedo”, le responde Belén). El encuentro despierta en las dos chicas pasiones intensas que las llevan a mantener, incluso, relaciones sexuales consentidas por la menor. Esa circunstancia va a alterar el crecimiento y el desarrollo de Alicia que, de querer ser bailarina, pasa a obsesionarse con la figura de su amante y su vida va a derivar en una persecución constante, obsesiva, implacable a esa “liebre blanca”. Incluso cuando Belén, ya pasado el tiempo, parece haber rehecho su vida con Sara (despierta, vital, inocente y perdidamente enamorada también de Belén).
Con claras y explícitas alusiones, ya desde el mismo título, a Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y con evocación implícita también a la Lolita de Nabokov, Ramón Paso plantea al espectador con agilidad, inteligencia y quiebros constantes en los diálogos de los personajes, el problema de las relaciones sexuales -incluso las consentidas-, con menores. El asunto tiene tantas aristas (éticas, sociales, familiares, personales…), que no resulta nada fácil tomar partido por una u otra de las posturas posibles porque, en todo caso, cualquiera de ellas se verá abocada a un final amargo y, en cierto modo, frustrante y destructivo.
Amor, abandono, sexo, abusos, tensión, ternura, venganza, perplejidad, riesgo, incomprensión, caminos prohibidos, culpas, arrepentimientos… Todos estos aspectos, al menos, contiene ‘Sigue a la liebre blanca’, un montaje teatral de corte clásico, aunque de difícil clasificación, aunque contiene elementos de thriller, de drama y de tragedia. Todo a pesar de que, a priori, no parecen haber diferencias infranqueables entre los tres personajes, ni falta de buena voluntad, ni ganas de intentar buscar un punto de encuentro, pero la vida muchas veces no es una partida de ajedrez en la que cualquier movimiento de las piezas es siempre la consecuencia del anterior y en la que todo parece ser previsible y esperado. No, a veces sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas, como decía Rubén Blades, entre otras cosas porque “las decisiones siempre son complicadas” e, inevitablemente, acarrean consecuencias.
'Sigue a la liebre blanca'
Dramaturgia y dirección: Ramón Paso
Reparto: Inés Kerzán, Vanessa Ruiz y María C. Petri
Dirección de producción: Inés Kerzán
Diseño de iluminación: Carlos Alzueta
Espacio escénico: Inés Kerzán
Vestuario: Ángela Peirat y Sandra Pedraz Decker
Prensa y comunicación: María Díaz
Asesora de movimiento: Ángela Peirat
Ayudante de dirección: Ainhoa Quintana
Ayudante de producción: Sandra Pedraz Decker y Alicia Rueda
Producción: Paso Azorín Teatro
Teatro Lara, Madrid
Hasta el 8 de diciembre de 2021