Toda una reflexión en torno a la libertad de prensa y el muchas veces durísimo oficio del periodismo es lo que ofrece en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español el montaje de Lluis Pascual, ‘Mujer no reeducable’, un monólogo en torno a Anna Politkóvskaya, la periodista rusa asesinada en 2006 por resultar especialmente incómoda al Gobierno de Putin en el conflicto checheno. En un cartel que preside el montaje se dan las claves del affaire, “Los enemigos del estado se dividen dos categorías: los que se les puede hacer entrar en razón, y los incorregibles. Con estos últimos no es posible dialogar y eso les convierte en no reeducables… Es necesario que el estado adopte todos los medios de los que dispone para eliminar del territorio estos personajes…”.
El montaje de Pascual está basado en el brillante, durísimo y contundente texto del italiano Stefano Massini, director artístico del Piccolo de Milán (Lehman Trilogy, sobre la quiebra de Lehman Brothers, y Creo en Dios, monólogo en torno al terrorismo islámico, son también obras suyas), en el que Anna Politkóvskaya, encarnada aquí por una espléndida Miriam Iscla, se ve envuelta en una trama de verdadero terrorismo de estado, el practicado por Rusia frente a Chechenia, que la periodista denunciaba en sus informaciones y que acabó costándole la vida. Politkóvskaya, madre de tres hijos, no cedió en ningún momento ante las múltiples presiones recibidas, que llegaron incluso a un primer y fallido intento de envenenamiento, y optó por seguir diciendo la verdad, planteando hechos y no opiniones, sobre un conflicto cada vez más cruel.
Mujer no reeducable es una de las tres obras que en estos momentos se exhibe en la cartelera madrileña vinculadas a Lluis Pascual. Las otras dos son Las bodas de Fígaro, en La Comedia, e In memoriam. La quinta del biberón, desde el 22 en el María Guerrero. Con ellas, el Teatre Lliure, el centro de referencia teatral de Cataluña, celebra en Madrid sus primeros cuarenta años de existencia.
Míriam Iscla, fundadora de la compañía T de Teatre, es actriz habitual de comedia, pero aquí borda su papel dando vida a Anna Politkóvskaya, primero serena, contundente, decidida a seguir adelante, pero poco a poco confusa, turbada, muerta de miedo, aunque después firmemente decidida a seguir adelante por pura cuestión de coherencia y dignidad consigo misma, pese a quien pese y pase lo que pase con su familia y con la sociedad rusa e internacional.
La escenografía es sencilla, apenas una mesa y una silla en el centro del escenario, y un atril a la izquierda, delante de un micrófono. El sonido de teclas escriben en una pantalla el título de los breves capítulos en los que se divide el montaje, referidos al conflicto entre la guerrilla y el gobierno ruso, que la periodista vive en sus propias carnes (sin agua, sin luz, sin gas, con permanentes controles en calles y carreteras, asesinatos ejemplarizantes, cuerpos de personas muertas amontonados…). Miriam Iscla narra contundente, con seguridad y con una objetividad permanente los hechos que va conociendo. Y son estos mismos hechos los que, implacables, acumulados, van construyendo un relato sobrecogedor sobre la situación vivida en Chechenia.
El relato comienza describiendo el entorno más inmediato: “El aire, como siempre, arrastra un polvo extraño. Las casas son grises, no blancas… Cemento gris, sucio, casi negro. No parece Asia y, sin embargo, es Asia. Asia tercer milenio…”, y los hechos relatados acaban por mostrar que las reglas están muy claras para los periodistas que informan acerca del conflicto armado: “…la prensa se divide entre quien está con Rusia y quien no está con Rusia. Si no estás con Rusia, no tienes que hacer periodismo. Lo que haces es propaganda contra el estado. Y la propaganda contra el estado se castiga con la muerte”
‘Mujer no reeducable’
Texto: Stefano Massini
Dirección: Lluís Pasqual
Intérprete: Míriam Iscla
Voces en off: Miquel Cabal, Xènia Dyakonova, Lluís Marco y Manuel Núñez Yanowsky
Traducción del italiano: Lluís Pasqual
Textos en ruso: Xènia Dyakonova
Iluminación: Xavier Clot
Vídeo: Leo Castaldi
Sonido: Igor Pinto
Ayudante de dirección: Juan Carlos Martel Bayod
Una producción de Teatre Lliure
Teatro Español, Madrid
Hasta el 26 de febrero