Seis años después de que el último Luces de bohemia de Valle-Inclán subiese al María Guerrero de la mano de Alfredo Sanzol, ahora el recién nombrado director artístico del Teatro Español de Madrid, Eduardo Vasco, estrena su etapa abriendo temporada también con un nuevo y afortunado ‘Luces de bohemia’, para volver a mostrar al público con luz y taquígrafos que en todo un siglo España no para de dar vueltas a la noria de la decadencia, la arbitrariedad y el oscurantismo políticos.
Vasco aprovecha la efeméride del centenario de la primera edición definitiva de ‘Luces de bohemia’ que publicó el propio Valle Inclán en 1924 para levantar un montaje grandioso, apabullante, con nada menos que un elenco de 25 grandes actores en escena, encabezados por Ginés García Millán interpretando a Max Estrella y Antonio Molero en el personaje de Latino de Hispalis. Ambos personajes vuelven a recrear ese periplo nocturno del poeta ciego Max Estrella (“el mejor poeta de España”), que, junto a un golfo ejemplar, Latino de Hispalis, recorren algunos de los lugares más característicos de la capital del reino para encontrarse con personajes y personajillos sórdidos y oscuros (chulos, prostitutas, taberneros, floristas, vendedoras de lotería…), cruzarse con manifestaciones fruto del descontento social de la época -llena de pobreza y miseria-, policías, funcionarios, poetas, jóvenes aspirantes a escritores, periodistas y hasta un ministro de la Gobernación, viejo compañero del poeta ciego. Todo un rosario de figuras de la vieja España que, juntos, acaban por constituir lo que Valle-Inclán llamó el “esperpento”, al poner en boca de Max que “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”.
Además de firmar la adaptación y dirección del montaje, Eduardo Vasco es también el responsable de la música y el ambiente sonoro de la pieza, muy presentes en las más de dos horas de montaje, y que materializan en directo tres de sus actores: Iván López-Ortega (El chico de la taberna/Piano), José Ramón Arredondo (Gálvez/Contrabajo/Guitarra), y Luis Espacio (Pérez/Guitarra/Percusión).
Fascinante, como digo, todo el elenco de la pieza, que podría intercambiarse en cualquier otro de los personajes de la tragedia valleinclanesca (del “esperpento”, como dice Max). Desde Ernesto Arias (que borda su Rubén Darío, pagado de sí mismo y embebido de su acento nicaragüense), o David Luque (que habita a un entrañable Marqués de Bradomín), pasando por Jesús Barranco (inolvidable Don Gay, y hasta consigue hacer protagonista a los Sepultureros, junto a José Luis Martínez), José Luis Alcobendas (estremecedor Preso y descarado El Pollo), o María Isasi, Lara Grube, Puchi Lagarde y Silvia de Pé (La Pisabién, La Lunares, La Portera y La Vieja pintada, respectivamente). Y junto a los ya citados, Alejandro Sigüenza, Andrea M. Santos, Ángel Solo, César Camino, Irene Arcos, Juan Carlos Talavera, Juan de Vera, Mariano Llorente, Mario Portillo, Pablo Gómez Pando y Toni Misó.
De lujo también el resto del equipo artístico, encabezado por Carolina González (diseñadora de la sencilla y eficacísima escenografía y responsable también del atrezo de época), Miguel Ángel Camacho (creador de una iluminación repleta de claroscuros), y Lorenzo Caprile (garantía absoluta de un brillante y primoroso vestuario).
Dije del montaje de Sanzol, y puedo decirlo también ahora del que firma Vasco que aquí reluce como el sol la España y lo español de estos últimos cien años de nuestra historia a través de la burla, lo grotesco, lo lúdico, lo estrafalario, lo extravagante, lo inmisericorde y lo ridículo, manchados hasta el tuétano del lodo que brota de la miseria política y moral en la que permanecemos envueltos.
Hay tiempo, pero no lo deje para el final porque estoy seguro de que habrá llenos diarios. Valle-Inclán, el español y el extraordinario elenco de estas ‘Luces de bohemia’ lo merecen. Imperdible.
‘Luces de bohemia’
Autor: Ramón del Valle-Inclán
Versión y dirección: Eduardo Vasco
Reparto:
Max Estrella: Ginés García Millán
Latino de Hispalis: Antonio Molero
Basilio Soulinake/Viejo que escribe: Alejandro Sigüenza
Claudinita: Andrea M. Santos
Zaratustra/Sereno: Ángel Solo
Don Filiberto/Borracho: César Camino
El Marqués de Bradomín/Guardia: David Luque
Rubén Darío/Guardia: Ernesto Arias
Madame Collet/Madre del niño: Irene Arcos
El chico de la taberna/Piano: Iván López-Ortega
Don Gay/Sepulturero: Jesús Barranco
Preso/El Pollo: José Luis Alcobendas
Capitán Pitito/Sepulturero: José Luis Martínez
Gálvez/Contrabajo/Guitarra: José Ramón Arredondo
Serafín el Bonito/Camarero: Juan Carlos Talavera
Clarinito/El Joven: Juan de Vera
La Lunares/La Chica: Lara Grube
Pérez/Guitarra/Percusión: Luis Espacio
La Pisabien: María Isasi
El Ministro/El Cochero: Mariano Llorente
El Rey de Portugal/Dieguito: Mario Portillo
Dorio de Gádex: Pablo Gómez Pando
La Portera/La Periodista: Puchi Lagarde
Vieja pintada/La Vecina: Silvia de Pé
Pica Lagartos/Ujier: Toni Misó
Escenografía y atrezo: Carolina González
Iluminación: Miguel Ángel Camacho
Vestuario: Lorenzo Caprile
Música y ambientes sonoros: Eduardo Vasco
Ayudante de dirección: Laura Garmo
Ayudante de escenografía: Lucía Ríos
Ayudante de vestuario: Lucía de Ramón-Laca
Residente de ayudantía de dirección: Inés Gasset
Asistente artístico: Paul Alcaide
Agradecimientos: RESAD
Una producción del Teatro Español
Teatro Español, Madrid
Hasta el 15 de diciembre de 2024