Crítica de la obra de teatro 'Los sombreros olvidados': Mihura redivivo

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sábado 14 de enero de 2023, 10:07h

Fernando de las Heras es el autor de ‘Los sombreros olvidados’, un sentido homenaje del dramaturgo a los famosos Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, pero en forma de secuela, como se dice ahora.

Dionisio y Don Rosario reaparecen sobre el escenario, pero veinte años después de que les diera vida don Miguel Mihura. Dirigidos por Luis Flor, Javier Arriero (Dionisio) y Roger Álvarez (Don Rosario), resucitan el humor absurdo surrealista y tierno que une a dos seres solitarios y frustrados que ven en el otro su tabla de salvación. La soledad y el deseo de compañía se convierten aquí en las dos caras de una misma moneda, la de la vida de cada cual.

Dionisio, viudo de Margarita, después de haber conocido a Paula, chica de salón de variedades, la busca obsesivamente hasta dar con ella en una cárcel. Don Rosario lo acoge años después en su pensión, que la ve como hotel, y trata de hacerle la vida más que agradable. Toca el acordeón, la trompeta, el ukelele, y canta junto al honorable huésped, dándole todo tipo de atenciones y detalles.

Las tiernas y absurdas situaciones que viven los dos personajes, estupendamente sostenidos por el genio y la gracia de Javier Arriero y Roger Álvarez hacen las delicias de todos los espectadores (por cierto, de todas las edades). A los más mayores los transporta a su juventud, y a sus nietos les hace gracia ver ese tipo de humor blanco y lleno de ingenuidad.

Fernando de las Heras traslada la acción a 1952, fecha del estreno de Tres sombreros de copa que, precisamente, fue escrito por Mihura dos décadas antes, en 1932. Vista la época con ojos de este primer cuarto del siglo XXI se diría que aquel era un pasado muy lejano. Y, sin embargo, las necesidades del hombre —y, por supuesto, la mujer—, siguen siendo las mismas. El tempo, sin embargo, no. Hoy todo sucede a la velocidad del rayo y apenas si hay tiempo para ‘perderlo’ con nadie. Son distintas las situaciones, pero, ¿estamos tan seguros de haber terminado ya con aquella miseria moral, social y económica de la posguerra mundial y española? No nos quedemos en las apariencias externas de la alta tecnología, el estado del bienestar, etc. Y lo mismo descubrimos que tampoco ahora las cosas son tan diferentes.