Hugo Pérez de la Pica, probablemente uno de los dramaturgos y directores de escena más originales, imprevisibles y libres de España, acaba de estrenar en la Sala Tribueñe de Madrid ‘Las Teodoras’, un singular, nostálgico, divertido y entrañable homenaje a las actrices que llevaron el teatro a todo el país a partir de la postguerra y hasta final del siglo pasado. Lo hace con una sola actriz en escena, Chelo Vivares, que, multiplicándose en muchas otras actrices, da un verdadero recital de interpretación a lo largo de los 80 minutos de función: habla, declama, ríe, llora, baila, imita, gesticula, se cambia, interactúa con el público, guarda expectantes y emotivos silencios… Y todo con la naturalidad y la gracia de quien lleva dentro una gran actriz y, además, sabe mostrarlo ante su público.
En Chelo Vivares se concentra el alma y el recuerdo de muchas actrices españolas que, con su trabajo, han escrito alguna de las páginas más importantes de la historia de nuestro teatro. Entre otras, María Guerrero, Rosario Pino, María Jesús Valdés, Lola Membrives, María Asquerino, Luisa Sala, Irene Gutiérrez Caba, Lali Soldevila, Gracita Morales, Rafaela Aparicio, Aurora Bautista, Carmen Bernardos, Mary Carrillo, Amparo Rivelles, Amparo Baró, Lola Cardona, Lina Morgan, Emma Penella o Lola Gaos…
Escribe el director en su presentación del espectáculo que su génesis hay que buscarla en “relatos más o menos biográficos que me contaba la madre de Chelo, Criste Miñana, actriz de mediados del siglo XX, que fue mi amiga y confidente en largas sobremesas en las que primaba el humor negro, el escepticismo de ella y mi fascinación”. El resultado ha sido una evocadora y poética sucesión de escenas que protagonizan distintas actrices, en las que se va transformando Chelo Vivares, con un paisaje constituido simplemente por un camastro (situado a la derecha del escenario), una silla, y un espejo de fondo –a modo de biombo-, que inicialmente está cubierto por una gasa blanca sobre la que se proyectan algunas imágenes de archivo.
Ese biombo sirve también de portada de una cantina a la que la actriz llama nerviosa en los primeros momentos de la representación, implorando un café (“¡por favor… Tengo mucho frío… Que solo quiero un café con leche…!”), pero allí nadie abre. A partir de ahí, y con un fondo de música netamente española la actriz se dirige directamente al público diciendo: “por ahora el momento no llegó, señores. No van a verme morir con las batas puestas. No voy a estirar la pata. No les voy a dar ese gusto… Sé que tienen ganas. Mi especie está en peligro de extinción…”. Continúa así el monólogo que reúne el humor, la poesía, el recuerdo, la evocación, la trastienda y el amor por un oficio, el del teatro, que nunca ha pasado por sus mejores momentos pero que, aún así, lleva ya varios milenios atrayendo y fascinando a todo tipo de públicos. Ellas y ellos, las actrices y los actores, se saben depositarios de ese viejo arte milenario y hacen del rito de subirse cada día al escenario su modo de ser, de existir, de vivir. Y todo eso ha sabido concentrar Hugo Pérez de la Pica en este montaje que ha depositado en el duende de Chelo Vivares, que sale más que airosa del reto. Graciosísima encarnando a esa cubana zumbona, a esa cordobesa sensible, a esa cabaretera descarada o a esa actriz menesterosa a la que hasta se le niega abrirle las puertas para tomarse un café calentito con el que combatir el frío reinante en la habitación de un hostal manifiestamente mejorable.
Una delicia de función, y para nada orientada a los nostálgicos del oficio, sino para todos los espectadores amantes del buen teatro. Ese que se sirve cada vez que se abre el telón en el Teatro Tribueñe.
‘Las Teodoras’
Autor y Director: Hugo Pérez de la Pica
Intérprete: Chelo Vivares
Escenografía y vestuario: Hugo Pérez de la Pica
Iluminación: Miguel Pérez-Muñoz y Hugo Pérez de la Pica
Diseño gráfico: Paula Sánchez
Una producción de Teatro Tribueñe
Teatro Tribueñe, Madrid
Hasta el 5 de enero de 2019