El autor de La carroza de plomo candente, Pelo de tormenta o Coronada y el toro, el genial Francisco Nieva, volvió a ser rescatado a finales de la temporada pasada por Rakel Camacho que llevó al Festival de Mérida ‘La paz’, ese juego que Nieva escribió a partir de la obra homónima de Aristófanes (siglo V a.C.), pero con una visión moderna de los conceptos de guerra y paz pasados por la socarronería manchega y el barroquismo español del lenguaje de nuestro autor. El resultado, filtrado a su vez por Camacho desde la dirección de escena, es una fiesta grotesca, satírica, absurda, burlona y estrafalaria que ahora hace las delicias del público de los Teatros del Canal de Madrid, que es el espacio escénico que aloja la comedia de Nieva durante unos días y que termina este mismo fin de semana.
Las palabras en desuso y los localismos manchegos (gachas o Feria de Albacete, por ejemplo…), puestos en boca de ardorosos guerreros griegos son un contraste demasiado fuerte como para no provocar la risa y la sonrisa del público durante la hora y media de duración de la comedia. En síntesis, ‘La paz’ cuenta como persiguiendo ese estadío con ahínco y voluntad, puede acampar entre los ciudadanos. Damos a continuación algún detalle más del argumento…
Trigeo, viñador del Ática, busca denodadamente conseguir que su ciudad abandone la guerra. Y si para ello hay que acudir al Olimpo para pedir explicaciones a los dioses a lomos de un escarabajo gigante, se acude. La sorpresa es que por allí no hay más diosa que Hermes porque el resto -como si de ministros de nuestro tiempo se tratase-, han huido despavoridos para que no se les perturbe en sus días de asueto. Casualmente Trigeo averigua que la Paz está confinada muy cerca de allí en una cueva y, decidido, se dispone a rescatarla para echar a la guerra lo más lejos posible de su patria e instaurar eso que dos milenios más tarde acabaría llamándose pacifismo.
Preñada de escenas escatológicas y sexuales, Rakel Camacho ha reunido en la pieza a dos figuras mediáticas, los humoristas Joaquín Reyes y Sara Escudero (Trigeo y Hermes, respectivamente), correctos en sus papeles, acompañados en escena por Ángeles Martín (locuela y desenvuelta Corifea), Laura Galán (que, desinhibida y graciosa, da vida a La Paz), Astrid Jones (vehemente y retadora en La Guerra), Carlos Troya (Tumulto), Nerea Moreno (soberbia, hipnótica Esclava) y Pedro Almagro (Esclavo).
En la comedia no faltan tampoco las canciones que interpretan en solitario tanto Astrid Jones como Laura Galán, o a coro en donde, entre otras, el elenco se lanza a cantar la famosa 'Give Peace A Chance'del inmortal John Lennon, coreada también en el estribillo por buena parte del público.
Sobresalientes tanto el surrealista espacio escénico (escalera metálica, escarabajo gigante, grandes bolas de goma, un cerdo gigante del que sale una niña…), de José Luis Raymond y Laura Ordás, como el atrevido, inspirado y estrafalario figurinismo de Rosa García Andújar. Y con ellos, la iluminación de Juanjo Llorens, la coreografía de Julia Monje y la composición musical de Pablo Peña y Darío del Moral.
‘La paz’ fue un verdadero homenaje que Francisco Nieva levantó a la figura de Aristófanes, uno de los máximos exponentes de la comedia griega, que estrenó en 1977 también en el Teatro de Mérida. La notable puesta en escena de Camacho (gran conocedora y amante del teatro de su paisano manchego), respeta la fuente y siempre nos quedará la duda de saber hasta dónde habría llegado esa misma puesta en escena si la directora no hubiera tenido que transigir -como imaginamos-, con ciertas premisas del Festival, tendentes siempre a asegurar el aforo, aunque ello pueda afectar a la factura final del montaje.
‘La paz’
Autor: Francisco Nieva
Dirección: Rakel Camacho
Reparto:
Joaquín Reyes – Trigeo
Ángeles Martín – Corifea
Sara Escudero – Hermes
Laura Galán – La Paz e hija de Trigeo
Astrid Jones – La Guerra
Carlos Troya – Tumulto
Nerea Moreno – Esclava
Pedro Ángel Roca – Esclavo (Los días 4 y 5 de octubre Pedro Ángel Roca será sustituido por Pedro Almagro)
Escenografía: José Luis Raymond y Laura Ordás Amor
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)