La compañía Comédie-Française ha estrenado en los Teatros del Canal ‘La mosca’, una adaptación al escenario del conocido relato de George Langelaan, luego catapultado al éxito gracias a dos versiones cinematográficas estrenadas en apenas tres décadas (Neumann, 1958 y Cronenberg, 1986). La adaptación y la dirección del montaje las firman los franceses Valérie Lesort y Christian Hecq, ya conocidos por los habituales de Teatros del Canal por haber pasado por estas mismas tablas hace tres años con su adaptación de 20.000 leguas de viaje submarino.
La propuesta, de casi dos horas de duración y algo lenta en su desarrollo argumental, está protagonizada por Christian Hecq, Valérie Lesort, Christine Murillo y Jan Hammenecker. La fábula se sitúa a finales de los años 60 y principios de los 70, en aquellos albores de las primeras máquinas computadoras, esos artefactos siniestros y entonces lejanos al común de los mortales, de un tamaño gigante, con extraños lenguajes de intercomunicación y cintas perforadas que eran observadas por los ajenos a ese mundillo con tanta expectación como temor a lo desconocido. Hoy, sin embargo, medio siglo después, cualquier portátil, al alcance de la mayor parte de la población, es ya imprescindible en el día a día de todos nosotros.
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El espacio físico en donde se desarrolla la historia ha sido diseñado por Audrey Vuong, lo ha iluminado Pascal Laajili, y le ha puesto música Dominique Bataille. A la derecha del espectador está la caravana que habitan Odette (Christine Murillo), y su hijo Robert, solterón, calvo, gordo y de mal humor permanente (Christian Hecq), un par de personajes marginales que viven medio aislados. En la parte izquierda del escenario, muy cerca de la caravana, está el laboratorio de Robert, escondido tras unas persianas de acordeón que esconde un par de cabinas de teletransporte gobernadas de aquella manera a través de algunos viejos ordenadores, de aquellos que emitían una luz verdosa.
A la madre del protagonista de ‘La mosca’, no le gusta nada que su hijo permanezca más tiempo en soledad y propicia que aparezca en su vida Marie Pierre, otra chica soltera que lo mismo hace cambiar la óptica vital a su hijo. Sin embargo, ni siquiera la aparición de Marie en su vida le distrae para seguir experimentando con animales en busca de la fórmula que haga posible transportar a un ser humano a otro tiempo. Únicamente se ve limitado por las frecuentes visitas del cuarto personaje de la comedia, el Inspector Langelaan (Jan Hammenecker), que mantiene encuentros divertidos con madre e hijo.
En el montaje domina más el humor blanco que el terror y el miedo de modo que son los estrafalarios modos de Robert y la irritación que estos producen en su madre el hilo conductor de la comedia, al alcance de todo tipo de público.
‘La mosca’
Versión libre del relato breve de George Langelaan
Adaptación y dirección: Valérie Lesort y Christian Hecq
Reparto: Christian Hecq, Valérie Lesort, Christine Murillo y Jan Hammenecker
Escenografía: Audrey Vuong
Diseño de iluminación: Pascal Laajili
Composición y música: Dominique Bataille
Guitarra: Bruno Polius-Victoire
Vestuario: Moïra Douguet
Artistas visuales: Carole Allemand y Valérie Lesort
Concepción de vídeo: Antoine Roegiers
Proyección de vídeo: Eric Perroys
Atrezo: Manon Choserot y Capucine Grou-Radenez
Asistente de dirección: Florimond Plantier
Dirección técnica: Pierre-Yves Chouin
Producción: Centre International de Créations Théâtrales / Théâtre des Bouffes du Nord & Compagnie Point Fixe
Coproducción: Les Célestins, Théâtre de Lyon; Espace Jean Legendre – Théâtres de Compiègne; Le Grand R, Scène nationale de La Roche-sur-Yon
La Mouche en NOUVELLES DE L’ANTI-MONDE de George Langelaan © Robert Laffont
Teatros del Canal, Madrid
Del 8 al 12 de febrero de 2023