España, década de los 60 del siglo pasado. Nacho Guerreros es Mario, un chico de pueblo que nota desde niño su pulsión homosexual. Si hoy persisten los prejuicios frente a quien se sale de la norma en sus tendencias sexuales, lo que sucedía en España hace medio siglo era simplemente un infierno. Y, si además, el hecho había que vivirlo en un pueblo, el infierno era, al menos, doble. Este es el punto de partida que propone Carolina Román en ‘Juguetes rotos’, la nueva dramaturgia que ha estrenado la argentina en la Sala Margarita Xirgu del teatro Español de Madrid, en montaje que también dirige, y con solo dos espléndidos actores en escena: el propio Nacho Guerreros y Kike Guaza, que se multiplica por cuatro en sus papeles (Dorin, una transexual barcelonesa, y el Hermano, el Primo Alejandro y el Tío y padrino de Mario).
La escenografía creada por Alessio Meloni presenta toda una serie de jaulas, de todos los tamaños, las cuales sirven también de armarios, que albergan cientos de palomas con quienes permanentemente interactúa Mario. El palomar es su refugio y su cárcel a la vez, en afortunada doble metáfora plástica de lo que sucede dentro y fuera del personaje central de este ‘Juguetes rotos’. En ese espacio, además, hay varias pajareras colgantes transformadas en lámparas que David Picazo ilumina en varios momentos del montaje, cuando el palomar se transforma en club del Paralelo barcelonés o pensión en donde acaba morando Mario. Muy interesante el juego de luces y sombras que provoca para velar y desvelar a la vez sentimientos y cuerpos en ese mundo de ilegalidad y persecución policial en la última etapa del franquismo en España.
El texto de Carolina Román relata la historia de Mario (luego sería Marion), un niño rural al que le gustaría ser niña, enamorado de su madre, cuya ropa acaricia en los armarios, su infancia, su juventud, su falta de aceptación entre la mayor parte de sus familiares, sus primeros escarceos sexuales y, finalmente, su huída a la gran ciudad, Barcelona, y su encuentro con Dorin, una transexual alegre y vital que le cambiará la vida a Mario-entonces ya Marion-. Allí, en Barcelona, encuentra trabajo como peluquero, y el amor de un marinero norteamericano -George-, que lo visita siempre que desembarca en la Ciudad Condal.
Entre sonidos de palomas revoloteando -logradísimo el ambiente sonoro diseñado por Nelson Dante-, canciones de la época (Mami Blue, de los Pop Tops, pasodobles y éxitos de cabaret como aquel famoso Cherchez la femme…), discurre este drama personal y social que dos estupendos actores levantan durante unos noventa minutos de dolor, de emoción y de lucha personal por encontrarse a sí mismo.
‘Juguetes rotos’
Dramaturgia y dirección: Carolina Román
Ayudante de dirección: Olga Margallo
Intérpretes: Nacho Guerreros y Kike Guaza
Diseño de escenografía: Alessio Meloni (AAPEE)
Luz: David Picazo
Diseño sonoro: Nelson Dante
Diseño de vestuario: Cristina Rodríguez
Ayudante de vestuario: Unai Mateos
Fotos: Bárbara Sánchez Palomero
Fotografía cartel: Sergio Parra
Diseño de caracterización: Chema Noci
Producción: Henar Hernández
Director de producción: Fabián Ojeda
Una producción de Producciones Rokamboleskas
Teatro Español, Madrid
Hasta el 4 de marzo de 2018