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Escena de 'Festen'
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Escena de 'Festen' (Foto: E. Moreno Esquibel)

Crítica de la obra de teatro 'Festen': un grito brutal, desgarrador, contra la hipocresía y el ocultamiento

viernes 07 de junio de 2024, 11:44h

Lucía Astigarraga y María Goiricelaya adaptan al teatro aquel film de Thomas Vinterberg que en 1998 revolucionó el cine mundial, Festen (Celebración). Dirigido por María Goiricelaya, el montaje teatral de ‘Festen’ recala ahora y sólo por unos días (sus 4 representaciones terminan este mismo fin de semana), en la Sala Fernando Arrabal de Naves del Español en Matadero.

En ‘Festen’ se plantea una situación familiar extrema en la que el hijo mayor, Jon, suelta una bomba en medio de una reunión motivada por el 60º cumpleaños del cabeza de familia y los cimientos y los lazos eternos que teóricamente trenzan ese sólido engranaje saltan por los aires. No es para menos porque, al comienzo de la celebración, sin precalentamientos ni paños calientes previos, el primogénito confiesa décadas después que su padre sometía a él y a su hermana melliza (ya muerta), a permanentes, reiterados, sistemáticos y brutales abusos sexuales cuando apenas tenían cinco años. La madre lo sabía porque alguna vez había visto a los niños sometidos y al padre con los pantalones bajados, pero prefirió correr con su silencio cómplice un tupido velo durante todos esos años con la dudosa intención de no envenenar la convivencia familiar, como si el veneno no anidara con mucha más fuerza en ese ocultamiento cobarde.

Padre, madre, hermanos, parejas y demás familia son habitados por Aitor Borobia, Alfonso Torregrosa, Lander Otaola, Sandra Ferrús, Ione Irazabal, Ane Pikaza, Olatz Ganboa, Egoitz Sánchez, Mikel Martínez, Loli Astoreka y Aiala Mariño.

Intensa, homogénea y estupenda inmersión de todos ellos en sus personajes respectivos levantando una fiesta patética entre brindis y congas alrededor de las dos mesas largas y dispuestas en forma de T (aunque separadas una de la otra), en un elegante y cuidadísimo espacio escénico (cristalería de primera, flores sobre los blancos manteles de hilo bordado…), diseñado por José Luis Raymond.

Todo un alegato salvaje, crudo, brutal, directo y conmovedor contra la hipocresía familiar que prima siempre el ocultamiento de los trapos sucios frente a la protección, el respeto y la verdad que merecen todos y cada uno de sus miembros. Claro, que luego el tiempo, el rencor y la justicia (la legal y la otra, la poética), ponen las cosas en su sitio y los barros de hoy vienen de aquellos silenciados lodos del pasado: “¡Has destrozado esta familia para siempre…!, ¡Eres un hijo de puta!”.

Muy interesantes y turbadores para el espectador la inclusión de visuales captados en directo y en primerísimo plano por GHEADA que descubren lo que sucede ante las mismas narices del público y en dos habitaciones situadas tras la gran pantalla sobre la que se proyectan esas imágenes. Allí se ofrece la más amplia, variada, imaginativa y transgresora diversidad de relaciones sexuales entre unos y otros componentes de la acomodada familia… Claro que, al menos, ahora todo el mundo es adulto y, por tanto, ya sabe lo que se hace.

Immportantísimas también para el resultado final del montaje las aportaciones de David Alcorta en la iluminación, Azegiñe Urigoitia en el diseño del elegante vestuario, Ibon Belandia en la brillante composición musical, Ibon Agirre en el preciso espacio sonoro, Alberto Ferrero en el movimiento escénico, y Ana Vega, Patricia Aydillo, Araitz Pildain en la caracterización de los personajes, y de Eider Zaballa en la ayudantía de dirección.

En 2017 pudimos ver también otro estupendo montaje, el dirigido por Magüi Mira, con este mismo Festen en el punto de mira, y aquellos espectadores que ya se inquietaron con él, no debieran perderse tampoco este. Y a quienes decidan acudir por vez primera a presenciar esta hipócrita celebración sobre el escenario, le garantizo que María Goiricelaya será capaz de labrar con un estremecimiento indeleble su memoria. Imperdible.

‘Festen’

De Thomas Vinterberg, Mogens Rukov, Bo hr. Hansen y David Eldridge

Adaptación: Lucía Astigarraga y María Goiricelaya

Dirección: María Goiricelaya

Con Aitor Borobia, Alfonso Torregrosa, Lander Otaola, Sandra Ferrús, Ione Irazabal, Ane Pikaza, Olatz Ganboa, Egoitz Sánchez, Mikel Martínez, Loli Astoreka y Aiala Mariño

Diseño de espacio escénico: José Luis Raymond

Diseño de iluminación: David Alcorta

Diseño de vestuario: Azegiñe Urigoitia

Composición musical: Ibon Belandia

Diseño de espacio sonoro: Ibon Agirre

Movimiento escénico: Alberto Ferrero

Visuales: GHEADA

Caracterización: Ana Vega, Patricia Aydillo y Araitz Pildain

Ayudante de dirección: Eider Zaballa

Una coproducción del Teatro Arriaga de Bilbao y el Teatro Español de Madrid

Naves del Español en Matadero, Madrid

Del 6 al 9 de junio de 2024

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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