El madrileño Teatro de la Comedia, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), acoge hasta el 10 de marzo próximo el estreno de ‘El castillo de Lindabridis’, escrito por Calderón de la Barca, y versionado y dirigido por Ana Zamora (fundadora de la Compañía Nao d´amores), que hace nuevamente gala del rigor y el primor con los que acostumbra a enfrentarse a cada una de sus producciones, lo cual ha propiciado que este año el Premio Nacional de Teatro otorgado por el Ministerio de Cultura, haya recaído en la directora y dramaturga segoviana por su permanente trabajo de recuperación de nuestro patrimonio teatral.
’El castillo de Lindabridis’ es, probablemente, una de las piezas menos conocidas y representadas de don Pedro Calderón de la Barca y quizás ese mismo hecho ha influido en que sea el título que Ana Zamora haya escogido para adentrarse por primera vez en el teatro barroco, tras más de dos décadas dedicada al teatro medieval y renacentista.
Es la propia directora del montaje quien enmarca el espíritu de la pieza con precisión de orfebre: la voluntad de Calderón de adaptar una novela caballeresca al mundo del Renacimiento que habla de la época medieval “con un lenguaje delirante”, pero con los enredos propios de las comedias de capa y espada. Zamora ha dado un paso más y ha añadido también la óptica contemporánea sobre los personajes y sus vicisitudes, pero sin abandonar lo que constituye el signo de identidad de Nao d’amores, el cuidado lenguaje poético, la imaginación, la música de la época, la danza, los disfraces y los seres fantásticos.
La fábula que cuenta Calderón en su comedia se centra en la princesa Lindabridis, una princesa encantada, que, para heredar el trono de Tartaria, tiene que casarse con un caballero que pueda vencer a su hermano Meridián en un torneo. Para ello busca el marido que mejor se ajuste a sus necesidades viajando sin descanso por el mundo en un castillo volador. Su periplo acabará haciendo consciente a la princesa de que es mucho mejor tomar la iniciativa y construir su propio futuro que esperar a un príncipe teóricamente liberador… Y en ese artificio de ensoñaciones, de amoríos y de poder se sumergen sin miramientos actores y músicos de Nao. Fantásticos Miguel Ángel Amor, Mikel Aróstegui, Alfonso Barreno, Alba Fresno, Inés González, Paula Iwasaki, Alejandro Pau e Isabel Zamora.
Ejemplares, como siempre en los trabajos de la compañía segoviana, todos los apoyos artísticos en los que se cimienta también el montaje: los de Miguel Ángel López y María Alejandra Saturno, que comparten la dirección musical, así como los arreglos musicales sobre piezas del barroco, fruto de su exhaustiva labor de investigación; Cecilia Molano y David Faraco (este también detrás del trabajo de objetos), son los autores del hermoso y complejo espacio escénico, que remite a la tradición teatral europea y que incluye a ambos lados del escenario dos bancos con varios espectadores allí ubicados; Deborah Macías como creadora del imaginativo y primoroso vestuario; Miguel Ángel Camacho como diseñador de iluminación; Javier García Ávila en la compleja coreografía de los personajes; Vicente Fuentes como asesor de verso; Fabio Mangolini, asesor de movimiento; Jaime Puente, asesor de danza barroca, y José Luis Massó en la asesoría de armas.
De nuevo Ana Zamora y Nao d’amores presentan un montaje artesanal, levantado con el trabajo minucioso, riguroso, exhaustivo, apasionado e incansable de la compañía que, a cambio, sólo exige un cierto esfuerzo intelectual al espectador para que, poco a poco, vaya armando el relato en toda su complejidad y profundidad, siempre envuelto en una belleza sencilla, estremecedora y profunda a la vez. Más que interesante.
‘El castillo de Lindabridis’
De: Pedro Calderón de la Barca
Dirección y versión: Ana Zamora
Reparto:
Miguel Ángel Amor, Mikel Aróstegui, Alfonso Barreno, Alba Fresno, Inés González, Paula Iwasaki, Alejandro Pau e Isabel Zamora
Arreglos y dirección musical: Miguel Ángel López y María Alejandra Saturno
Vestuario: Deborah Macías (AAPEE)
Escenografía: Cecilia Molano y David Faraco
Iluminación: Miguel Ángel Camacho
Coreografía: Javier García Ávila
Asesor de verso: Vicente Fuentes (Fuentes de la Voz)
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
65938 | Miguel García-Cesto - 03/02/2024 @ 10:41:29 (GMT+1)
Soy fan de Nao d'amores y todos sus espectáculos (incluido éste) son primorosos. Ahora bien, debajo de una puesta en escena estupenda y de una música y danza muy bien cuidadas hay un texto que me ha parecido aburrido, incoherente e indigesto. No es de extrañar que "el Castillo de Lindabridis" sea una obra caída en el olvido y, sinceramente, no entiendo que se haya intentado resucitarlo. No recomiendo ir a ver esta obra.
65937 | Miguel García-Cesto - 03/02/2024 @ 10:40:10 (GMT+1)
Soy fan de Nao d'amores y todos sus espectáculos (incluido éste) son primorosos. Ahora bien, debajo de una puesta en escena estupenda y de una música y danza muy bien cuidadas hay un texto que me ha parecido aburrido, incoherente e indigesto. No es de extrañar que "el Castillo de Lindabridis" sea una obra caída en el olvido y, sinceramente, no entiendo que se haya intentado resucitarlo. No recomiendo ir a ver esta obra.