Dos, eran dos, reinas y enemigas mortales. Ambas primas entre sí e hijas de reyes. Una, Isabel, reina de Inglaterra; otra, María Estuardo, reina de Escocia. Pepe Cibrian imaginó un encuentro ficticio entre ambas mujeres en ‘Dos tronos, dos reinas’, y Nicolás Pérez Costa ha dirigido el montaje que las reúne en los Teatros Luchana cada domingo. En el cuadrilátero de la interpretación, luchando a brazo partido con todas las armas posibles de mujer, también Nicolás Pérez Acosta (María Estuardo), y Nacho Guerreros (Isabel).
¿El poder no tiene sexo? Probablemente no o, al menos, así lo ha imaginado Pepe Cibrian al poner frente a frente en ese encuentro imaginario a dos reinas, aunque una en manos de la otra, porque Isabel tiene recluida en un castillo a su prima María Estuardo (“En este trono no reinas”…”Tu castillo es mi mazmorra”). Y en ese hipotético encuentro, las palabras son dardos que hieren como lanzas.Lucha encarnizada por el poder, cinismo, ironía, intrigas palaciegas, sexo (“Yo soy leona, siempre leona, necesito de leones, y a estas alturas (…) ya no me importa su rango”), rencor, traiciones a gogó, ambiciones sin límite, estrategia calculada, armas de mujer, una partida de ajedrez en la que una de las contendientes se juega la vida (“Es un ajedrez nuestra vida, y un ajedrez es paciencia”).
Embelesador y sorprendente duelo el que mantienen los dos actores en escena, ataviados como auténticas reinas, al modo que en la época isabelina, el tiempo en que Shakespeare forjó su trono como dramaturgo y actor británico por excelencia, salían los hombres a escena. Así también permanecen durante los 75 minutos de función Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa, vestidos elegantísimamente por Rubén Díaz, y maquillados y peinados por Patricia Yepes, en una labor que, a buen seguro, no les lleva cada día que salen a escena menos de 30 minutos, y después de haber adquirido la habilidad necesaria porque el terminado de sus caracterizaciones está logradísimo.
Los intérpretes han cuidado mucho los movimientos y los gestos en escena, dentro de sus vestidos de época (miriñaques incluidos), el calzado, las joyas y demás complementos, pero hablan con su voz natural, sin afectaciones innecesarias que podrían hacerles bordear el ridículo, y poniendo el énfasis y la intención de cada una de sus frases en la utilización de la palabra. Un trabajo impecable que sabrán apreciar tanto los espectadores habituales del teatro como los esporádicos, que puedan acabar en este ‘Dos tronos, dos reinas’, incluso en busca de cierto morbo.
El montaje, en fin, es un ajustado combate desalón, en donde las formas son las propias de la nobleza (guante blanco, pero cada nueva acusación entre las partes está llena de hachazos en cada frase…). Muy interesante y, desde luego, un ejercicio más que notable de dirección, interpretación y puesta en escena.
‘Dos tronos, dos reinas’
Texto: Pepe Cibrian
Dirección: Nicolás Pérez Costa
Reparto: Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa
Vestuario: Rubén Díaz
Maquillaje y peinado: Patricia Yepes
Fotografía: José Ángel Fernández Córdoba
Producción: El tío Caracoles, Rocamboleska e IFAM
Diseño de luces: Nicolás Pérez Costa
Teatros Luchana, Madrid
Todos los domingos de abril y mayo de 2024