Del 23 al 26 de enero el madrileño Teatro de la Comedia, sede de la CNTC, acoge al dramaturgo y actor italiano Toni Servillo (Afragola, 1959), en un nuevo, emocionante, profundo y aparentemente sencillo espectáculo, ‘Tre modi per non morire’ (Tres maneras para no morir), un misil de largo alcance intelectual contra la parálisis del pensamiento a la que parecen querer condenarnos en estos tiempos de tanta pantalla. El texto está firmado por el escritor y profesor de filosofía italiano Giuseppe Montesano y está dedicado a las figuras de Baudelaire, Dante y los antiguos griegos.
Durante hora y media el actor y director sexagenario se presenta ante un teatro absolutamente abarrotado, en un escenario vacío y con un atril delante y unas hojas con el texto, a las que recurre sólo en ciertos parlamentos. Con camisa y pantalón negros, hablando siempre en un italiano pronunciado de forma ejemplar incluso en momentos en los que habla a gran velocidad, los sobretítulos en castellano centran al espectador sobre todo cuanto dice Servillo. La búsqueda de la belleza como mejor antídoto contra la depresión; la poesía como tabla de salvación, y la filosofía como auxilio cierto para intentar imaginar lo que viene.
Contenido en el gesto, expresivo con sus brazos y, sobre todo, con sus grandes manos, acompasa su habla (de su perfecta dicción deberían aprender y mucho buena parte de nuestros actores) la intensidad del discurso: más intenso con la parte de Baudelaire, más íntimo y moral en la de Dante, y expansivo y vitalista en lo referente a la cultura griega (“el amor es todo en la vida….”), aunque no se eluden tampoco en el parlamento filosófico y poético las tres espadas de Damocles que sobrevuelan las vidas de todos los seres humanos, a saber, el amor, el tiempo y la muerte. Unas veces ante el sensible micrófono, otras a viva voz y sin ayuda alguna, la palabra del actor traspasa las almas, los cuerpos y los cerebros de todo el público que, una vez concluido el monólogo, le falta tiempo para levantarse a aplaudir la inmensa lección de teatro dada por Toni Servillo.
Al inolvidable Jep Gambardella de La gran belleza, el film de Paolo Sorrentino, pudimos verlo también en 2018, en la 35ª edición del Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid, en una pieza aún grabada en nuestra memoria, Elvira, que Servillo dirigía e interpretaba junto a Petra Valentini.
“Interpretar siempre exige un esfuerzo”..., “es el arte de agitar la propia sensibilidad para encontrar nuevas vías... Es como un caudal que fluye”…, “la técnica que no viene del sentimiento crea banalidad” …, “el espectador debe sentir lo mismo que el actor”. Son palabras del director y actor italiano que entonces aplicaba a Elvira, pero que son perfectamente trasladables a este ‘Tre modi per non morire’, y a cualquier pieza del verdadero teatro.
Entre el público asistente al estreno de esta hermosísima y profunda pieza que ahora nos brinda Servillo en medio de una iluminación celestial de Claudio De Pace, estaban también el director saliente de la CNTC, Lluis Homar, y la directora entrante, Laila Ripoll, que, levantados también, como todo el público, aplaudían con fuerza el impecable trabajo del artista italiano. Era la prueba del nueve de que Toni Servillo sigue siendo uno de los grandes de la escena contemporánea. Imperdible.
‘Tre modi per non morire’
Dirección: Toni Servillo
Iluminación: Claudio De Pace
Jefe de escenario: Marco Parla
Técnico de iluminación: Eugenio Squeri
Técnico de audio: Rosario Cali
Jefa de producción: Mara Milanesi
Sobretítulos: Prescott Studio
Fotografía: Masiar Pasquali
Producción: Piccolo Teatro di Milano - Teatro d’Europa
Teatro de la Comedia, Madrid
Del 23 al 26 de enero de 2025
Si (
No(
