Acudir al teatro es siempre una aventura. Y, como en toda aventura, la incertidumbre es una circunstancia intrínseca al hecho. Y en la decisión del espectador cuenta mucho la intuición, el pálpito, la creencia cierta de que esta vez va a merecer la pena. Como la suerte, unas veces te acompaña, otras no. Desde luego con ‘Las uñas rojas’, un montaje incluido en Surge Madrid, que se representa durante ocho días en la Sala Nave 73, los idus de octubre se han aliado con cuantos espectadores decidan acudir a la propuesta.
Imaginación, sonrisas, situaciones dramáticas (homosexualidad, represión, maltrato familiar…), crítica y autocrítica, denuncia, dolor, fuerza, corazón, memoria ácida del pasado en el pueblo castellano viejo que lo vio nacer, y un montón de temas más se van desgranando poco a poco, como quien no quiere la cosa, en un monólogo de unos 75 minutos estupendamente escrito por Emilio Gómez y que interpreta él mismo, bajo la dirección de Jacinto Bobo.
El montaje es sorprendente, divertido y sobrecogedor a la vez y lo conduce de principio a fin un actor ya entrado en años y experiencia que, aunque no ha dejado de preguntarse desde el primer momento que decidió tomar ese camino qué diablos hace un chico como yo en un oficio como este, el día de esta representación, la pregunta se presenta ya como definitiva.
Todo comienza con un extraño ser –se diría que un astronauta ruso-, que avanza lentamente desde el fondo del escenario hacia el patio de butacas. Una niebla densa inunda un escenario semivacío -apenas un par de sillas y algún elemento de atrezo adicional-, que ha diseñado Javier Ruiz de Alegría, quien también ha iluminado el espacio. Parece que va a representar el Hamlet de Shakespeare traído a nuestros días, pero con escasa o nula convicción.
Allí, delante del público, el actor Emilio Gómez confiesa que la hartura tiene un límite y él ya lo ha sobrepasado. Y así, entre verdades amargas, ironías finas y menos finas, cuitas de viejo actor y cantante (lo uno y lo otros se rozan), salen nombres de la profesión mejor o peor parados: Miguel Narros, Israel Elejalde, Miguel del Arco, Darío Facal, Ana Belén, Camilo Sexto, Víctor Manuel, Nacha Guevara, Jesús Cimarro, el director del montaje, Jacinto Bobo, o su productor, Jesús Sala, emergen aquí a la palestra… La ironía, la crítica, el cariño y la amargura se reparten el texto a partes iguales: “Entregas tu vida al teatro y el teatro, ¿qué te da a cambio?”
Almudena Bautista ha diseñado el vestuario del montaje (además de ese traje espacial plateado, un sencillo pantalón corto y un polo); Eduardo Ruiz ‘Chini’, ha construido el íntimo espacio sonoro, y David Ruiz se encarga de la fotografía, el vídeo y el diseño gráfico.
El equipo justo para que Jacinto Bobo consiga construir un montaje sin aparentes pretensiones y que, sin embargo, levanta emociones, sonrisas y encogimientos del corazón de un espectador a quien conquista poco a poco, a medida que va avanzando el monólogo de Emilio Gómez, un actor estupendo que transita del humor al dolor, de la sonrisa a la mueca, del recuerdo amargo a la fuerza del vencedor.
El espectáculo, sin duda, merece muchos días más sobre un escenario y –estamos seguros de ello- lo va a conseguir. El boca a boca hace milagros y, además, el teatro no se puede permitir el lujo de quedarse sin un actor -y también dramaturgo-, de la talla de Emilio Gómez. Imprescindible.
‘Las uñas rojas’
Dramaturgia: Emilio Gómez
Dirección: Jacinto Bobo
Intérprete: Emilio Gómez
Espacio escénico e Iluminación: Javier Ruiz de Alegría
Vestuario: Almudena Bautista
Diseño gráfico, Fotografía y Vídeo: David Ruiz
Espacio sonoro: Eduardo Ruiz ‘Chini’
Ayudante de dirección: Inma Cuevas
Prensa y Distribución: Marea Global
Producción ejecutiva: Jesús Sala
Sala Nave 73, Madrid
8, 9, 10, 11, 15, 16,17, 18 y 19 de octubre de 2020