Escrita y dirigida por Pablo Fidalgo (Vigo, 1984), y con dramaturgia de Lázaro Gabino Rodríguez, la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero acoge hasta final de mes ‘El libro de Sicilia’, una propuesta tan humilde como ambiciosa, tan bella como devastadora, tan minimalista como honda, tan cotidiana como extraordinaria y tan sugerente como lírica, sobre un hecho que sucedió en 1968 en la isla italiana de Sicilia, una verdadera epopeya del pueblo de Gibellina y del valle del Belice, que fue absolutamente devastado por un terremoto y que, además, le costó la vida a un centenar de sus habitantes.
Los idus del destino han querido que esta pieza se estrene justamente cuando la isla española de La Palma está viviendo, ya durante más de un mes, un episodio de parecido perfil que afecta profundamente a sus habitantes tanto de modo personal como colectivo.
Teatro documental, pero con una carga poética tremenda que se hace aún más intensa con la presencia en escena de uno de los tres protagonistas del montaje, Nicolò Stabile, que se interpreta a sí mismo. Stabile tenía solo 14 meses cuando sucedió el terremoto y, desde entonces, tiene trazadas en su cuerpo y en su alma las huellas de un fenómeno de la naturaleza que ha marcado su existencia: “O nos reconstruimos todos, o nos moriremos todos”. Le acompañan en escena dos actores, la siciliana Cecilia Arena y el chileno Lautaro Reyes, y el músico italiano F.M. Fortuna, que interpreta y canta en directo.
En la conciencia y en la memoria del siciliano están grabados a fuego aquellos primeros diez años de lucha común de todo el pequeño pueblo de Gibellina, primero alojado en tiendas de campaña, luego en barracas familiares. Entonces todo el pueblo trabajó, se ilusionó y vivió en la misma sintonía. Pero, una vez determinado que la nueva Gibellina iba a ser reconstruida en un paraje próximo, y levantadas de nuevo las casas, las diferencias económicas y de clase volvieron a resurgir. La inevitabilidad o no, la consustancialidad o no de esas diferencias entre seres humanos, magnéticamente unidos a una tierra inhóspita, desértica y constantemente azotada por el viento siroco, es uno de los temas subyacentes en la propuesta.
No el único y quizás tampoco el principal porque en ‘El libro de Sicilia’ se habla también de sueños personales, de la búsqueda de sí mismo, del amor, de migraciones y, acaso el más colectivo, el de la perseverancia del hombre, de su voluntad férrea para sobreponerse ante cualquier adversidad, una actitud compartida por sociedades de todas las latitudes y de todos los tiempos.
En la reconstrucción de Gibellina, Nicolò Stabile rememora su contribución solidaria con su pueblo, siempre a las órdenes de Ludovico Corrao, el alcalde de la localidad, que 20 años después convenció al artista Alberto Burri para realizar una intervención de la que surgiría el Cretto di Burri, construido sobre las ruinas del pueblo arrasado, primero contestado por los lugareños, pero que hoy constituye uno de sus mayores orgullos.
El libro de Sicilia es uno de los ‘poemas dramáticos’ de Pablo Fidalgo que comienza con él una serie que dedicará a las migraciones y las ciudades del Mediterráneo. Su materialización escénica es, desde luego, la consolidación de un lenguaje muy personal del joven escritor, director y poeta gallego capaz de aunar sencillez y profundidad en un tema tan presente en la historia de la humanidad como son las catástrofes (personales y colectivas), aunque el hombre prefiera olvidarlas en su día a día. Más que interesante.
‘El libro de Sicilia’
Escrita y dirigida por Pablo Fidalgo
Dramaturgista: Lázaro Gabino Rodríguez
Reparto: Cecilia Arena, Lautaro Reyes y Nicolò Stabile
Escenografía, vestuario y vídeo: Cecilia Molano
Iluminación: Paloma Parra
Espacio sonoro y música: F.M. Fortuna
Fotografías en la pieza: Ángela Bonadies
Colaboración artística: Amalia Área
Ayudante de dirección: Matteo Binci
Ayudante de escenografía y vestuario: Almudena Bautista
Profesora de castellano: Nuria Heras
Traducción de vídeo: Lucía Martínez Pardo
Alumna en prácticas: Carla R. Cabané (UAM)
Fotografía: Luz Soria
Tráiler: Bárbara Sánchez Palomero
Diseño de cartel: Equipo SOPA
Producción: Centro Dramático Nacional
Colabora: Istituto Italiano di Cultura
Teatro María Guerrero, Madrid
Hasta el 31 de octubre de 2021