¿Has pensado alguna vez si tu integridad personal, tu honestidad profesional, tu lealtad y hasta tus principios éticos y morales podrían quebrarse alguna vez por cierta cantidad de dinero? En otras palabras, ¿crees que no se te puede comprar, que no hay forma de doblegarte, que estás vacunado contra la corrupción? No te respondas aún. Mejor, pásate por los Teatros del Canal antes del próximo 1 de abril para ver 'Mammón', un montaje teatral de Nao Albet y Marcel Borràs, tándem artístico desde 2007 y Premio El Ojo Crítico de RNE de Teatro en 2016. Los autores firman y dirigen este espectáculo que también protagonizan junto a Irene Escolar, Ricardo Gómez y Manel Sans.
Digo montaje, pero podría decir también artefacto teatral porque, de verdad, 'Mammón' es al tiempo una bomba metateatral y una road movie teatral en forma de juego divertidísimo, ocurrente, descarado y algo canalla, pero puesto en pie con una precisión y frescura envidiables, y desde el minuto cero de la representación en que Irene y Ricardo, salen a escena para anunciar que “como alguno de vosotros ya sabéis, ‘Mammón’, la función de Nao Albet y Marcel Borràs, no se va poder representar esta noche… Para que entendáis por qué no se va a poder representar, tenemos que remontarnos cinco años atrás…”. Los dos maestros de ceremonia, Irene Escolar y Ricardo Gómez, se van a encargar de formular la primera tesis sobre la cuestión. Y con la ayuda imprescindible de cierto material audiovisual sobre los coautores y principales protagonistas de la función Nao y Marcel.
La retroaventura une de salida un relato mitológico sirio sobre una deidad, 'Mammón', que Borràs ((Girona, 1989) conoció a través de una expedición arqueológica de la que formó parte en 2013, y que acaba transformándose en una aventura en forma de tragedia clásica y moderna a la vez, en donde confluyen la imaginación, el teatro, el cine y hasta el comic. El viaje espacial y temporal -todo ocurre en los últimos cinco años- va desde la antigua ciudad siria de Alepo (una de las más castigadas por la guerra civil en ese país), a la metrópoli norteamericana de Las Vegas. En otras palabras, que el viaje se inicia en una de las cunas de la civilización humana, y termina en otra, pero de la degradación humana, en donde el dinero, el juego, las drogas, el sexo y la corrupción son uno de los mayores reclamos turísticos de nuestros días.
El origen del mito, al parecer, se sitúa en Alepo centro de un valle lleno de cuevas con piedras preciosas. En él, dos familias conviven en armonía deleitándose con la contemplación de los metales y piedras, hasta la llegada de un hombre misterioso, ‘Mammón’, en que la paz se ve alterada y aparecen rencores entre los herederos de cada familia. Mammón, en arameo significa 'riqueza' y en hebreo 'tesoro', y es para los cristianos el diablo de la avaricia mientras que para los fenicios, sin embargo, es el Dios de la bonanza. Dos caras de una misma moneda, la del dinero. Bien utilizado puede hacer mucho más llevadera la vida, pero cuando se convierte en el único y gran objetivo, envilece a quien lo persigue obsesivamente.
Si en la historia que se cuenta el fracaso es aleccionador, el montaje teatral al que da lugar la loca aventura, es directamente ejemplar. Un prodigio de precisión, interpretación, dinamismo y diversión llena de excesos tarantinianos ((juego, alcohol, coca, sexo, chicas y violencia).
El espectador, efectivamente, se ve atrapado desde el primer momento en una función -que recuerda muchos pasajes del cine de Quentin Tarantino, Robert Rodríguez y Martin Scorsese-, llena de ritmo trepidante, luces reveladoras , sonidos excitantes, tensión creciente y sorpresas permanentes en la hora y cuarenta minutos de función, que se pasan en un santiamén.
Los intérpretes están estupendos, en general, y si hay que poner el foco en alguno, vamos a hacerlo con Irene Escolar, que se sale con dos de ellos, la adolescente striper y la mujer china que gobierna el garito ilegal de juego; Manel Sans, que construye un Dylan desternillante, y Ricardo Gómez, transformado en un botones de hotel inolvidable. Y, además, tres espectadores, estratégicamente situados en cada uno de los tres lados que rodean el escenario, sin necesidad de moverse de su sitio, forman parte inesperada y sorprendente de una partida de póker que mantiene en vilo a todo el patio de butacas, y en donde los billetes verdes ya no caben sobre la mesa de juego.
En definitiva, y en resumen, estamos ante un montaje que descubre a Madrid la existencia de dos jóvenes catalanes llenos de fuerza y de talento, Nao Albet y Marcel Borràs, que tienen muchos, muchos años por delante para seguir ahondando en ese desparpajo que los ha traído hasta los Teatros del Canal de Madrid, pasando por Alepo y Las Vegas, pero que estamos convencidos que nos seguirán invitando a formar parte de nuevos montajes que seguirán dando que hablar.
'Mammón'
Creación y dirección: Nao Albet y Marcel Borràs
Con: Nao Albet, Marcel Borràs, Irene Escolar, Ricardo Gómez y Manel Sans
Escenografía y vestuario: Jose Novoa
Diseño de sonido: Igor Pinto
Iluminación: Adrià Pinar
Caracterización: Paula Ayuso
Realización del documental: Guillermo A. Chaia
Regiduría: Paula Ayuso
Producción y distribución: Joseba Gil
Producción y gestión: Anabel Labrador
Fotos: Kiku Piñol
Espectáculo coproducido por el Teatre Lliure y la Brutal, en colaboración con los Teatros del Canal
Teatros del Canal, Madrid
Hasta el 1 de abril de 2018