Felipe García Vélez, Mélida Molina, Marina Salas y Carlos Troya son los protagonistas de ‘Siempreviva’, un montaje basado en la pieza dramática de Don DeLillo Sangre de amor engañado (Love Lies Bleeding), que firma y dirige Salva Bolta. El espectáculo puede verse en la Sala Max Aub de Naves del Español hasta el 28 de febrero. Y es una verdadera pena que no haya podido verse más días -al y como estaba programado inicialmente- porque también al equipo llegó el dichoso Covid. Aviso a programadores de que la pieza es, dramatúrgicamente, una verdadera delicia…
Del tema puede decirse, sobre todo, que es tan duro como universal y cotidiano: la muerte y la imposibilidad de elegir naturalmente ese último momento de la existencia del ser humano. A partir de ahí –ya se sabe porque el asunto está de plena actualidad en nuestro país en los últimos meses-, no queda mucho más allá de la eutanasia o los cuidados paliativos. Y luego viene lo de discutir en frío -no con un enfermo terminal delante, claro está-, eso de ver si la vida tiene o no sentido en ciertas y dolorosas circunstancias. El debate que da ahí, abierto y desgarrador, sobre todo si de quien se trata es de tu marido, de tu mujer, de tus hijos o de tus padres.
Aun estando frente a un ser querido absolutamente desahuciado para llevar lo que entendemos por una vida normal, la decisión de segarle la existencia está mucho más relacionada con el amor, el agradecimiento, la lealtad y la seguridad mutua y desinteresada que se ha fraguado entre dos seres humanos a lo largo de toda una vida de convivencia. Solo quien se ha visto abocado a sufrir en primera persona una decisión de este calado frente a un ser querido sabe muy bien que esta no es una decisión precisamente fácil, sino llena de dolor, de desgarro interior y de dudas constantes…
Imponente, soberbia la construcción de los personajes del drama por parte de los cuatro actores: Felipe García Vélez es Alex Macklin, un reconocido artista que, a los 70 años, se encuentra en estado vegetativo a causa de un infarto cerebral. Para decidir su destino ante lo que parece una muerte inminente se encuentran los personajes que habitan Marina Salas, Lia, su joven esposa, partidaria de no interferir en la muerte natural del enfermo; Mélida Molina, que es su sensual exesposa Toinette y, por último, Carlos Troya, que encarna a Sean, hijo de la primera esposa del artista y que, junto a Toinette, desea ayudarlo a lo que en la concepción de ambos es “morir con dignidad”.
En ‘Siempreviva’ no hay un lugar explícito para la política, la religión, la legalidad o la ética y, al mismo tiempo, cualquier decisión de los personajes, y en cualquier sentido, está también íntimamente impregnada por ellas, aunque las personas abocadas fatalmente a tener que decidir al respecto lo que tienen ante sí es pura y simplemente la vida de un hombre o una mujer en sus manos. Cada espectador no tendrá más remedio que ir alineándose con uno u otro personaje.
Todo sucede en medio de la nada, a las puertas de un desierto y un tiempo indeterminados que ha marcado muy bien el espacio escénico de Paco Azorín y Alessando Arcangeli, que ha ilustrado musicalmente Luis Miguel Cobo, que ha iluminado Luis Perdiguero, mientras que a los personajes los ha vestido Ikerne Giménez. Entre todos consiguen un ambiente intimista, de una cierta irrealidad, ensoñación y dolor que penetra irresistible el patio de butacas.
Verdadero acierto de Salva Bolta en imponer ese ritmo pausado, dolorosamente lento y pesado como la losa que pende sobre las cabezas de los cuatro personajes. Un montaje tan duro como poético y realista. Muy interesante.
‘Siempreviva’
Versión y Dirección: Salva Bolta
Basado en ‘Sangre de amor engañado’, de Don DeLillo
Elenco: Felipe García Vélez, Mélida Molina, Marina Salas y Carlos Troya
Diseño de espacio escénico: Paco Azorín y Alessandro Arcangeli
Composición música original: Luis Miguel Cobo
Diseño de iluminación: Luis Perdiguero
Diseño de vestuario: Ikerne Giménez
Ayudante de dirección: Juanma Romero Gárriz
Residencia de ayudantía de dirección: Íñigo Santacana Apaolaza
Fotografía cartel: Esmeralda Martín
Fotografía escena: Jesús Ugalde
Una producción de Teatro Español
Naves del Español, Madrid
Hasta el 28 de febrero de 2021