El primero de los proyectos que esta temporada dedica el Centro Dramático Nacional (CDN), a Elena Fortún (1886-1952), pseudónimo de Encarnación Aragoneses, es la adaptación teatral de Celia en la revolución, una novela autobiográfica escrita en 1943 pero no publicada hasta 1987, y que ahora sube al escenario del Teatro Valle-Inclán de Madrid.
Desarrollada como un proyecto de investigación dentro del Laboratorio Rivas Cherif del CDN, la versión teatral de ‘Celia en la revolución’ está firmada por la dramaturga Alba Quintas y la dirección del montaje es de María Folguera. Protagonizada por Tábata Cerezo (Celia), sus compañeros de reparto habitan a decenas de personajes extraídos de una realidad compleja y dolorosa que se desarrolla en plena Guerra Civil española. Ellos son Chema Adeva, Pedro G. de las Heras, Trigo Gómez, Andrea Hermoso, Ione Irazabal, Isabel Madolell, Ramiro Melgar, Julia Monje y Rosa Savoini. Celia es una adolescente de 15 años que se ve metida en medio de una guerra en donde no hay más que colas en las tiendas, hambre, bombardeos, fusilamientos a manos de milicianos o falangistas que irrumpen brutalmente en las casas para sacar a sus moradores y que, con ello, siembran odio a partes iguales entre las dos facciones contendientes. Los avatares del destino hacen que la adolescente sufra en igual medida por la sinrazón de uno y de otro bando.
A través de su mirada inocente, el espectador recorre con Celia su largo periplo que, en los tres años de guerra, le llevan desde Abades, Segovia, tras el fusilamiento de su abuelo republicano a manos de falangistas, hasta Madrid a donde viaja en burro con sus dos hermanas pequeñas, de dos y cinco años, con ayuda de la sirvienta Valeriana. Después vendrán las huidas forzosas a Albacete, Valencia, Barcelona, Madrid y de nuevo Valencia, desde donde partirá en barco hacia Francia. Y en medio de todo ello, también la muerte de su primo y su tía, ambos del otro bando, el franquista.
La impresionante escenografía de Mónica Teijeiro ha abierto el espacio del Valle-Inclán –se han levantado varias filas de butacas y se han habilitado también los laterales-, y sitúa la acción en medio de un escenario acotado a diferentes alturas y con escombros y sacos terreros por medio. La luz de Ion Aníbal es exquisita -¡hermosísima esa recreación de la Valencia mediterránea!-, y el inquietante estruendo de los constantes bombardeos y los amenazantes vuelos rasantes de la aviación, ha sido creado con enorme realismo por Javier Almela.
La dramaturgia y la dirección, no obstante, no imprimen al montaje el estremecimiento, la tensión, la emoción y la energía contenidos en la novela de Fortún y desembocan en una propuesta teatral mucho más plana de lo esperable en un paisaje dominado por la guerra, el miedo y la muerte. Justamente lo contrario de otra propuesta, Shock (el cóndor y el puma), que pudimos ver la temporada pasada en estas mismas tablas dirigida por Andrés Lima.
‘Celia en la revolución’
Autor: Elena Fortún
Versión: Alba Quintas
Dirección: María Folguera
Coordinador del taller de investigación: Ernesto Caballero
Reparto: Chema Adeva, Tábata Cerezo, Pedro G. de las Heras, Trigo Gómez, Andrea Hermoso, Ione Irazabal, Isabel Madolell, Ramiro Melgar, Julia Monje y Rosa Savoini
Escenografía y vestuario: Mónica Teijeiro
Iluminación: Ion Aníbal
Espacio sonoro: Javier Almela
Movimiento escénico: María Cabeza de Vaca
Ayudante de dirección: Rakel Camacho
Fotografía: marcosGpunto
Diseño cartel: Javier Jaén
Producción: Centro Dramático Nacional
Teatro Valle-Inclán, Madrid
Hasta el 24 de noviembre de 2019
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