No obstante, hay ocasiones también en que algunas salas de teatro ofertan entre sus espectáculos obras de teatro último apostando además por pequeñas compañías,de profesionales o de aficionados, con pocos recursos y mucha ilusión e imaginación. Tanto unas como otras, sin duda,desempeñan, por un lado, una función social y, por otra,cultural, dignas de ser reseñadas.
Tal es el caso de la representación de La tortuga de Darwin de Juan Mayorga, que se ha representado en dos ocasiones – y esperemos que pueda contar con alguna representación más- llevado a las tablas por un grupo de investigadores pertenecientes al CSIC bajo la dirección de José V. García Ramos y pertenecientes al TeatrIEM, en la Sala Trovador un espacio en el que es posible tener acceso al conocimiento del teatro de autores españoles contemporáneos. Entre otras propuestas se puede asistir también a la representación de Después de la lluvia de Sergi Berbel.
En La tortuga de Darwin, con un montaje minimalista, surge el conflicto entre el historiador y el hombre de ciencia y aparecen temas que son objeto de debate en la actualidaddesde el punto de vista moral como la ambición y la codicia o desde el punto de vista de los argumentos defendidos sobre las doctrinas y teorías acercadel origen del ser humano -conflicto entre creacionismo y evolucionismo-, con una mirada irónica sobre el comportamiento del ser humano.
No hay excusa, la cartelera puede ser un espacio de conocimiento de nuestro teatro y por ende de nuestra cultura. Aprovechémoslo.