Vieja guardia del PSOE

Felipe González para desayunar, ‘históricos’ para comer y barones para ir tirando durante la tarde. Pedro Sánchez resiste la presión externa de Pablo Iglesias, al que no ha vuelto a llamar desde el pasado domingo, mientras la interna no para de aumentar. El ex presidente encabeza la manifestación de viejos dirigentes que trata de impedir que el PSOE pacte con Podemos un gobierno que, vista la reacción de José Luis Corcuera con una periodista este mediodía, les produce algo más que urticaria. El secretario general de los socialistas continúa, por su parte, su ronda de contactos con los barones del partido para preparar el Comité Federal de este sábado. Hoy, precisamente, se ha citado con dos que gobiernan gracias a la formación morada, el valenciano Ximo Puig y la balear Francina Armengol, clara partidaria del pacto de izquierdas. Si embargo, la última palabra la tendrá, una vez más, la andaluza Susana Díaz.

El PP no esconde ya que confía en que la presión de los barones socialistas haga saltar por los aires la negociación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El partido, obligado a acelerar los tiempos por la 'jugada' de Mariano Rajoy de dar un paso atrás en la investidura, trabaja contrarreloj hasta el Comité Federal del sábado donde Sánchez tendrá que lidiar con el escepticismo interno, a pesar de que su número dos ya haya asegurado que no llegarán a la Moncloa "a cualquier precio", en medio de las prisas de Podemos y Ciudadanos.

Menudo fin de semana ha tenido Pedro Sánchez con las informaciones sobre que la vieja guardia del PSOE estaría moviéndose rápidamente para impedir un pacto con Podemos que le dé el Gobierno al actual secretario general, ya que no ven con buenos ojos distanciarse así de la 'vieja forma' de hacer política, con el PP como aliado puntual para grandes cuestiones de Estado. Pero Ferraz se resiste a los supuestos Felipe González y compañía como gato panza arriba defendiendo que si hay pacto con Podemos será marcando las líneas correctas para el PSOE, sin riesgos para el partido o para el país.

En tiempos de crisis, y de vacíos de poder, las soluciones suelen ser, a veces, muy imaginativas. Un grupo de socialistas de los llamados de la 'vieja guardia felipista' intentan reavivar lo que se conoce como 'operación Solana' para proceder a la 'renovación' del Partido Socialista. El intento, es de suponer, está abocado al fracaso, pero por intentarlo que no quede.

Más de una veintena de ex ministros de los Gobiernos de Felipe González y veteranos dirigentes socialistas que tenían previsto reunirse este miércoles para compartir ideas sobre el futuro del partido han decidido suspender su encuentro después de que se haya filtrado a los medios. Diariocrítico lo publicó el pasado lunes con todo lujo de detalles.

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El aún líder del PSOE, Rodríguez Zapatero, no parece muy interesado en intervenir más que lo justo en el 'apasionante' debate interno que vive su partido para sustituirle, y mucho menos en dar la cara por Pérez Rubalcaba, quien, a pesar de haber reiterado que estaba recorriendo los "últimos metros" de su carrera política, ha demostrado que todo era pura pantalla y que en realidad lo que desea es hacerse con las riendas internas, como muchos dirigentes de su partido creen. La severa derrota electoral ha enfriado las relaciones entre ambos; unas relaciones que últimamente dejaban bastante que desear. Prueba de ese distanciamiento es que este lunes Zapatero no ha acudido a la sede del partido para presidir, como es habitual, la reunión de la Ejecutiva Federal en la que se ha 'ungido' a Rubalcaba como 'jefe de la oposición' al menos hasta el 38º Congreso de febrero.