20/08/2018@11:55:42
Como cada 20 de agosto, la memoria colectiva se traslada hasta Barajas. En la retina perdura la imagen de un avión partido en dos que inundó de dolor no solo a los familiares y amigos de las 154 víctimas, sino a un país entero. La compañía que operaba el vuelo quebró, pero aún sigue sin depurarse la responsabilidad del accidente. El consuelo se torna difícil aún diez años después, pero el trago es menos amargo al pensar que ese día supuso un punto de inflexión en la seguridad aérea mundial.