13/07/2014@14:46:35
Prometo que hace más de 40 años que, cada vez que voy al teatro, albergo
el sueño imposible de que la primera actriz, por mor de no sé qué
extrañas conjuras, da un resbalón y cae sobre mí, espectador anónimo
que suele frecuentar la primera fila. Pues bien, ese sueño se ha hecho
realidad, y no solo para mí, sino para los 34 espectadores que me
acompañaron el pasado sábado en el número 48 de la madrileña calle
Huertas, sede de La Pensión de las Pulgas (un pequeño, original y
exquisito teatro) y, en esta ocasión, también de la empresa MBIG (Mc
Beth International Group).