JIménez Fortes

La religión compulsiva y laica de la Fiesta tiene sus dioses y sus héroes. Entre estos últimos, es justo y necesario destacar a aquellos que han notado en sus carnes el hierro candente de la cornada hasta el punto de que pudo llevarles a la tragedia de perder la vida. Sin embargo, la única ilusión de ellos es volver al escenario para lo que justifica su existencia: torear. Pongamos que se hable/escribe de David Mora y Saúl Jiménez Fortes, que reaparecen en un interesantísimo cartel mano a mano el 21 de febrero en el coso madrileño de Vistalegre para el que existe una gran expectación no sólo en la capital de España, porque han llegado peticiones de entradas desde muchos otros lugares de 'la Piel deToro' que es la Península e incluso algunas desde fuera.

Qué duda cabe de que son seres superiores. Los toreros. Un ejemplo más es el de Saúl Jimémez Fortes, que tras su gravísima cornada en el cuello -la segunda esta campaña tras la de San Isidro- que sufrió en Vitigudino y que pudo costarle la vida y de la que es más que posible le queden importantes secuelas, sólo piensa en volver a torear. Así lo ha expresado nada en rueda de prensa en el Hospital de Salamanca nada más recibir el alta médica.

Estable dentro de la gravedad. Que no es poco. Tal es la situación médica de Saúl Jiménez Fortes, tras la gravísima cornada en el cuello que sufrió este domingo pasado en el coso de Vitigudino (Salamanca). El coletudo, operado durante cuatro horas, se encuentra ingresado en la UVI del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde está previsto que permanezca al menos un par de días más. Por fortuna, no se teme por su vida, aunque sí por las posibles secuelas.