Con apariencia relajada, con una sonrisa casi natural pese a las 11 horas de “intenso debate y a veces mucho acaloramiento”, Pedro Sánchez ha comparecido ante los medios de comunicación para despedirse con una elegancia poco habitual en estos tiempos. Ha proclamado “el orgullo de ser militante del PSOE” y ha prometido “lealtad” a la gestora que ahora dirigirá el partido.