19/07/2015@11:38:36
Unos artistazos, benditos artistazos, que cumplen a la perfección la exigencia casi imposible de un poeta maldito como Baudelaire. Sí, la de ser sublimes sin interrupción. Unos polifacéticos musicazos –compositores propios y ajenos-, benditos musicazos, con su hoja de servicios a la cultura hispana desbordada, desbordante y repleta. Unos chavales que, como ellos mismos cuentan en escena, suman más de medio siglo, y cada día sus conciertos son mejor –esto no lo dicen ellos, aunque podrían, pero sí quien firma estas líneas-. Pongamos que se habla/escribe de Manuel Arcusa y Ramón de la Calva. ¿De quién, si no?