Es la 'espina dorsal' montañosa de la Península Ibérica
19/06/2012@09:58:56
Mito o realidad. Pero con una base científica absolutamente cierta. Sí esa idea de que antaño, la Península Ibérica estaba tan densamente poblada de árboles que una ardilla podía cruzarla de un extremo a otro sin necesidad de bajar al suelo. De ahí surgió esta aventura romántica, esta propuesta de un Quijote del siglo XXI, el castellano-manchego Juan Valero: la del Camino de las Ardillas. Ahí es nada, recuperar un corredor ambiental por la 'espina dorsal' montañosa de la Península (desde Tarifa hasta el Parque Nacional de Cevennes, en Francia) que separa las vertientes Mediterránea, Cantábrica y Atlántica de los ríos ibéricos. Y en ella lleva cerca de un año habiendo recorrido 700 kilómetros.