24/03/2019@11:40:43
Convicciones religiosas, espirituales o familiares se interponen en la encrucijada de decidir el destino final del propio cuerpo o el de un ser querido. El debate principal se establece entre la inhumación tradicional y la incineración, pero una minoría opta por entregar sus restos mortales a la investigación científica. Innumerables prejuicios rodean esta vía y, en pro de aportar luz al proceso, Madridiario ha visitado las instalaciones del Centro de Donación de Cuerpos de la Universidad Complutense, una entidad de referencia europea en el campo donde conservan, almacenan y tratan con fines docentes los cadáveres de un centenar de personas cada año. El CDC abrió sus puertas en 2015 para mitigar la imagen de 'sótano de los horrores' de su predecesor y ahora presume de unas instalaciones recién reformadas donde más de 2.500 alumnos realizan prácticas cada curso.