La catalana fue despedida de la tasadora inmobiliaria Tinsa después de la repercusión mediática de su mensaje de odio a la portavoz de Ciudadanos. Un despido que fue así analizado por los expertos que valoraron las esferas privada y laboral del caso. No obstante, ella misma descarta su vuelta a la compañía.
“Lo peor no es haber perdido el trabajo, sino saber que nunca encontraré otro, la imagen que queda de mí y lo mal que lo está pasando mi familia”. “¿Cómo iba yo a imaginarme algo así? Claro que me arrepiento”, confiesa en declaraciones a ‘El Comercio’.
Si bien el despido en sí mismo podría judicializarse e incluso llegado el caso podría quizás ser impugnado y considerado nulo, Rosa María Miras no quiere ni pensar en su reincorporación a la compañía. «No, no podría volver. Se me cae la cara de vergüenza».