Las monjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos) se encuentran en una encrucijada histórica. Tras más de un mes de tensiones con la Iglesia Católica a través del Arzobispado de Burgos, se enfrentan a la posibilidad de ser excomulgadas por el delito de cisma, un hecho sin precedentes en la España del siglo XXI.
La Iglesia les dio un plazo a 10 de las 15 Clarisas de Belorado para que se retracten o ratifiquen su decisión de renegar de la Santa Sede para seguir a un falso obispo que finalizaba este domingo para 3 de ellas.
Con el tiempo cumplido no se habían presentado ante el Tribunal Eclesiástico y han solicitado una prórroga al Arzobispado de Burgos que les ha sido concedida.
El órgano eclesiástico ha dado 5 días más a estas 3 religiosas, entre ellas la ex abadesa sor Isabel de Trinidad, que fueron las que firmaron la denuncia contra el arzobispo Mario Iceta por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración del derecho a la libre asociación. Ahora, tendrán que comparecer ante dicho tribunal el próximo viernes día 21 de junio.
Ese mismo día están citadas otras 5 religiosas, mientras que 2 que recibieron más tarde la citación tendrán más tiempo de margen.
Y las 5 restantes no han sido requeridas por la Iglesia al no haber participado en esta contienda que mantienen abierta con el Arzobispado. Estas 5 son mayores y están enfermas, y dado que ninguna de ellas apareció en la entrevista pagada que concedieron a un programa de televisión han quedado excluidas del proceso de excomunión
Como ha argumentado el Arzobispado, esta prórroga es "un proceso administrativo" y, terminados esos días, las monjas tendrán que acudir ante el tribunal en "comparecencias individuales". Será entonces, una vez escuchadas los testimonios de las monjas, cuando se "procederá en consecuencia".
Distintos plazos
10 de las 15 monjas de Belorado debían responder a una acusación de delito de cisma y para ello se les impuso un plazo, desde el 7 de junio hasta el 16, y ahora hasta el 21 de junio.
En concreto, la religiosa que ejercía de abadesa y otras 2 más firmaron la denuncia contra el arzobispo tenían 10 días para aclarar si ratificaban su salida, que comunicaron el 13 de mayo a través de un manifiesto de 70 páginas.
El tiempo que les habían impuesto al inicio llegaba a su fin este domingo, pero como las religiosas han solicitado más días no se llevará a cabo la expulsión. Y en el caso de que no les hubieran dado más plazo, la acción no se habría llevado a cabo hasta 4 días después.
Esto se debe a que la notaria de la localidad, María Rosario Garrido, debe dar fe "de la no presentación ante el Tribunal", pero sólo tiene cita allí una vez a la semana, exactamente los jueves, por lo que no se hubiera hecho efectiva hasta el 20 de junio.
Por otro lado, el Arzobispado de Burgos, al que acusan de intentar imponer el Derecho Canónico para disolver la congregación mediante la excomunión, había dado un plazo de 2 días para que entregaran una copia de las llaves del monasterio. Un plazo que llegó a su fin el 10 de junio, cuándo dicha entrega de llaves no se produjo.
¿Qué dice el Derecho Canónico sobre la excomunión?
El Código de Derecho Canónico, en su canon 731, define la excomunión como la "pena más grave" que la Iglesia puede imponer a uno de sus fieles.
Se trata de una "separación formal de la comunidad eclesial", que implica la privación de derechos y sacramentos, como la Eucaristía, la confesión o la unción de los enfermos. Equivale a una expulsión de la comunidad religiosa en su sentido más amplio, ya que dejan de pertenecer a la religión.
El canon 733 establece que se incurre en excomunión "latae sententiae", es decir, automática, por "cometer apostasía, herejía o cisma".
El cisma se define en el canon 752 como la "rebelión contra el Romano Pontífice o contra la autoridad eclesiástica superior, en lo que concierne a la doctrina o al gobierno de la Iglesia".
Es un acto individual, de ahí que el comisario pontificio haya solicitado, a través de un documento notarial, que las religiosas se pronuncien individualmente sobre su relación con la Iglesia Católica.
¿Qué consecuencias tendrá la excomunión para las monjas?
Las consecuencias de la excomunión para las monjas de Belorado son principalmente espirituales. No podrán participar en los sacramentos de la Iglesia ni recibir asistencia religiosa. Además, podrían ser marginadas por la comunidad católica local.
En términos civiles, aunque la Iglesia y el Estado son entidades separadas en España, ciertos aspectos de la vida civil, como el matrimonio, pueden verse afectados por las decisiones eclesiásticas. Sin embargo, la excomunión en sí misma no tiene efectos directos sobre la legalidad civil de las monjas.
¿Podrán seguir viviendo en el monasterio tras la excomunión?
En una conversación con 'EFE', la doctora en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca, Laura Magdalena Miguel afirma que en caso de culminar su desvinculación con Roma, las clarisas de Belorado deben tener claro que el futuro como propietarias de los conventos se les complicaría: los perderían.
"No es compatible negar la comunión con el papa y seguir siendo una comunidad", ha resumido la experta, quien recuerda que la titularidad de estas propiedades -conventos de Derio (Vizcaya) y Belorado (Burgos)- radica en la comunidad de las clarisas que los habitan, no en cada una de ellas de forma individual, ya que eso significaría la quiebra de su voto de pobreza.