El pasado 15 de octubre nació Aria, la primera hija de la influencer de las influencers españolas: Dulceida.
La catalana acaba de ser madre junto a su pareja, Alba Paul, y ambas compartieron ya el día 16 las primeras imágenes de la pequeña Aria Paul Domenech.
Más allá del tema de la pronta exposición de menores (un tema muy criticado al mundo influencer), la polémica en este caso fue por otros derroteros: las marcas y la publicidad.
En una de las fotos del carrusel que las nuevas mamás subieron a sus redes, salía Dulceida con su bebé en un brazo y con un fuet en la otra. Una imagen familiar para muchas madres, pues tras el parto ya pueden comer jamón y algunos embutidos.
Pero en el caso de Dulceida esta imagen desató una fuerte polémica... ¿por qué?
El enfado de Dulceida y su desmentido
En la fotografía se aprecia claramente la marca del fuet, Casa Tarradellas, lo que ha desatado las teorías de que hizo publicidad encubierta con el nacimiento de su hija.
Además, le han afeado también que 'publicite' esta marca cuando en su evento cumbre, los Premios Ídolo, uno de los patrocinadores era Argal, competencia directa de Casa Tarradellas. Muchos se han tomado esto como una especie de falta de respeto a las marcas que la patrocinan o como una muestra de que no publicitan lo que verdaderamente consumen.
Las críticas llegaron a tal nivel que Dulceida emitió un comunicado en Instagram desmintiendo que haya hecho negocio con su hija nada más nacer.
"Es indignante que una mujer que acaba de ser madre tenga que salir a desmentir cosas que son muy evidentes, pero como ni recién parida dejan de inventarse cosas sobre mí, no me queda otra. La foto del fuet no es publicidad, para los nuevos (que sois todos los que venís a criticar), si es publicidad se tiene que marcar por ley y así siempre lo hago. Y para el futuro: nunca haré publicidad con mi hija", ha espetado en stories.
Y sobre el por qué del fuet de dicha marca, ha enfatizado que "llevo 9 meses deseando comerme un fuet y eso es lo que he hecho y sigo haciendo. Y publicaré lo que me apetezca, con etiqueta o sin etiqueta porque puedo comer la marca que me da la gana que para eso mi vida. Y generar todo un debate respecto a esto, en este momento tan íntimo me parece de muy mala praxis y educación, así que siendo igual de maleducada que vosotros, a estas personas os mando a la mierda y sigo feliz con mi vida".
La influencer no ha vuelto a pronunciarse más sobre el asunto y sigue disfrutando de su recién estrenada maternidad, pero la polémica sigue muy viva.
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